En un macabro hallazgo que ha conmocionado a Medellín, los cuerpos de los hermanos Kevin Alberto Álvarez Mazo, de 25 años, y Camilo Andrés Álvarez Mazo, de 29 años, residentes en el barrio Las Violetas de la comuna 16 Belén, fueron encontrados con signos evidentes de tortura, quemaduras en la cabeza y el rostro, y cubiertos con bolsas plásticas negras en la zona rural de la vereda Aguas Frías, en el corregimiento de Altavista, cerca de la quebrada La Picacha en el sector La Isla. Los hermanos habían desaparecido la noche del miércoles 10 de diciembre alrededor de las 9:00 p.m., tras salir de su vivienda, y sus restos fueron localizados la mañana del jueves 11 de diciembre cerca de las 7:00 a.m. por habitantes de la zona, en un área boscosa próxima a una ladrillera.
La Policía Metropolitana del Valle de Aburrá confirmó el descubrimiento tras el desplazamiento de dos patrullas al lugar, y los cuerpos fueron identificados mediante análisis forenses realizados por Medicina Legal. Familiares habían reportado la desaparición horas antes ante las autoridades, lo que aceleró las labores de búsqueda en esta zona rural caracterizada por su aislamiento.
Crudeza inusual del crimen genera alarma
Investigadores han calificado las condiciones de los cadáveres como particularmente violentas y atípicas, con las cabezas incineradas como elemento más perturbador, lo que ha generado conmoción entre los habitantes de Medellín y activado todas las alarmas en las autoridades. El caso resalta la persistente violencia en áreas periféricas de la ciudad, donde los hermanos Álvarez Mazo perdieron la vida en circunstancias aún por esclarecer.
Información preliminar recopilada por fuentes como Teleantioquia, El Colombiano y Colprensa subraya la urgencia de las investigaciones para determinar los responsables de este doble homicidio, mientras las familias y la comunidad exigen justicia ante un crimen de tal magnitud.
