En un nuevo caso de violencia que sacude la región, José, un hombre de 70 años, enfrenta imputación por tentativa de homicidio contra un compañero de finca de 72 años, a quien apuñaló tres veces con una navaja tras una riña en la vereda Morro Caliente, sector La Cabaña de Manizales, el pasado 24 de noviembre de 2025. La agresión ocurrió en un cafetal donde ambos trabajaban, iniciada por una discusión acalorada sobre comentarios despectivos relacionados con la salud, mujeres y un familiar, que escaló con golpes de palos antes de que José sacara el arma blanca e hiriera a la víctima en la cabeza, abdomen y axila izquierda.
La rápida atención médica permitió preservar la vida del herido, quien recibió una incapacidad de 40 días, mientras que el agresor entregó voluntariamente la navaja a las autoridades y rechazó los cargos durante la audiencia. El juez impuso detención domiciliaria como medida cautelar, en un proceso que podría conllevar hasta 20 años de prisión, reducible a la mitad si José acepta los cargos en el futuro.
«No servía para nada por ser operado de la próstata».
Versión del agresor según la víctima
Otro homicidio agravado en Buga resuelto tras dos años
En paralelo, la Fiscalía Seccional del Valle del Cauca logró que un juez enviara a prisión a Jefferson Charria Nieves, de 36 años, imputado por el homicidio agravado de una mujer de 67 años en condición de calle, ocurrida el 8 de marzo de 2023 en el sector carrilera de Buga. La víctima fue atacada con piedras en la cabeza mientras dormía en un cambuche, en un acto premeditado que aprovechó su total indefensión y que dejó heridas de fuerza considerable, según las pruebas presentales. Charria Nieves, quien estuvo prófugo por dos años, fue capturado por la Policía Nacional cerca del Parque Cabal el 13 de noviembre y negó los cargos en audiencia, pero el juez impuso privación de libertad en cárcel para asegurar el proceso y mitigar el riesgo social.
Estos dos episodios, que involucran a adultos mayores como víctimas y victimarios en entornos rurales y urbanos de Caldas y Valle del Cauca, resaltan la preocupante persistencia de la violencia interpersonal en la región, donde riñas por motivos triviales o actos de crueldad terminan en tragedias evitables, demandando mayor vigilancia y prevención comunitaria.
