Ante el nuevo rechazo de la Gobernación de Cundinamarca a la entrada en esa sección del país del Aguardiente Amarillo de Manzanares, la Industria Licorera de Caldas estudia con su grupo jurídico, las Gerencias General y Comercial, los mecanismos que utilizarán para recuperar las ventas en esa sección del país.
Directivos de la ILC indicaron a La Veintitrés que consideran arbitraria la determinación que rechazó la solicitud de reconsiderar la decisión tomada el pasado 6 de junio cuando las autoridades de Cundinamarca revocaron el permiso con el que ya contaba para la distribución y venta del Aguardiente Amarillo en Bogotá y Cundinamarca.
De acuerdo con las leyes colombianas, todas las licoreras pueden vender sus productos en otros departamentos siempre y cuando tengan un permiso por parte de las gobernaciones, con el que la ILC ya contaba por un término de diez años, el que fue revocado parcialmente para sacar del mercado el Aguardiente Amarillo.
Esto fue el 10 de diciembre de 2019 cuando la Administración Tributaria Departamental concedió a la Industria Licorera de Caldas el ‘Permiso de Introducción de Licores Destilados’, que además permitió incluir al Aguardiente Amarillo entre los productos autorizados.
Con la decisión del 6 de junio las autoridades de Cundinamarca pidieron que se cambiara el registro INVIMA para proceder a la autorización. Sin embargo, a pesar de cristalizar esa petición, la respuesta fue nuevamente negativa.
Esta determinación está además ocasionando grandes pérdidas a la salud del departamento de Caldas, parte de cuyos ingresos son por concepto de la venta de licores.
Esta semana se conocerán las acciones que la Licorera de Caldas interpondrá para buscar que se mantenga la autorización ya dada de tiempo a tras por la Gobernación de Cundinamarca.