Un grupo de ladrones intentó ingresar a la casa en Cali donde se hospedaba el streamer Westcol, desatando una balacera entre escoltas y guardias de seguridad del conjunto y los delincuentes en zonas cercanas a la vivienda. Todo ello se desencadenó tras la viralización de un video en el que un fan burló la seguridad y expuso la ubicación del lugar, lo que motivó el intento de robo en la madrugada del mes de octubre, alrededor de las 3:00 a.m.
En la casa se encontraban aproximadamente 15 personas, entre ellas Risitas, miembro del equipo, y Samuel, compañero de Westcol. Se confirmó que ocho de los presentes estaban armados y que la balacera se produjo cuando tres delincuentes intentaron entrar; el enfrentamiento ocurrió dentro del conjunto residencial y en sus accesos, con la intervención de escoltas y guardias que repelieron la intrusión. Afortunadamente, nadie resultó herido y, según la información oficial, los padres del menor que inició la intrusión recibieron una multa por protocolo de seguridad. Westcol relató que todo inició cuando un niño vecino se infiltró para tomar una foto, y que el hecho llevó a una reacción de la seguridad que terminó con la salida de los agresores en moto desde la propiedad vecina.
«A nosotros nos pasó una en Cali, una cosa impresionante. Yo estaba en streaming y, en pleno directo, se me metió un niño a la casa. El niño era vecino, se coló por un lado del conjunto donde estábamos hospedados. Nosotros lo tomamos a risa, la seguridad lo devolvió y hasta le pusieron una multa a los papás, porque era propiedad privada», explicó el creador de contenido. Ese clip se hizo tan viral que, a las tres de la mañana, se nos intentaron meter tres cabezones. Yo estaba dormido, no escuché nada. El primero que los ve es Risitas, del equipo, y empieza a gritar: “¡Se nos metieron, se nos metieron!”», relató el paisa. Papi, una puta balacera en esa casa, que te cagas. Todo el mundo dormido y eso fue plomo por todos lados. Risitas salió con el flash de la cámara apuntando para que Samuel disparara. Era una película. Los ladrones se metieron por la casa del vecino —tal como lo había hecho el menor de edad que entró inicialmente para buscar una foto con el influenciador— y salieron en moto, narró Westcol.
«Eso fue horrible, bro. Éramos como quince personas en la casa, ocho armados, y todo fue muy rápido. Yo no escuché nada, dormí toda la noche, pero al otro día me contaron todo y quedé frío. Fue un milagro que nadie saliera herido», agregó Westcol. «Cuando hacemos stream en un lugar que todo el mundo conoce, mostrando joyas o cosas de valor, básicamente le estamos diciendo a la gente: ‘Ey, estamos aquí’. Eso es gravísimo. Por eso nosotros siempre viajamos con seguridad, pero aun así pasan estas cosas. Es muy peligroso», afirmó.
«Ese niño no se puede meter a una casa privada, porque le podrían disparar sin querer. Eso no es un juego. Si llega a pasar algo, después todo el mundo estaría diciendo quién sabe qué. Hay que ser responsables», comentó, asegurando que la seguridad del conjunto tuvo que reportar el hecho y trasladar al menor a su hogar, mientras explicaba que los padres recibieron una multa por protocolo de seguridad. «Dios es divino. Ese niño se metió por el mismo lugar por donde luego intentaron entrar los ladrones. Gracias a eso ya sabíamos que ese era un punto ciego. Por ahí mismo intentaron entrar y fue que alcanzamos a reaccionar. Pero papi, eso fue muy peligroso, eso no fue un chiste», concluyó.
Contexto relevante y lecciones sobre seguridad mediática
Antecedentes: un video viral de un fan que ingresó a la propiedad expuso la casa donde Westcol residía, lo que habría motivado a varios hombres a intentar el robo por la exposición de objetos de valor durante transmisiones en vivo. Por qué es noticia ahora: se trata de un relato detallado del hecho ocurrido en octubre y de un debate público sobre los riesgos de mostrar ubicaciones y objetos de valor en redes. El impacto inmediato muestra que nadie resultó herido y que la seguridad del conjunto, junto con las autoridades, actuó para contener la situación; además, se informó sobre la sanción a los padres del menor para reforzar los protocolos de seguridad. Se subraya la necesidad de no revelar ubicación ni posesiones ostentosas durante las transmisiones, para evitar inducir a posibles actos delictivos y garantizar la protección de las personas que participan en este tipo de contenido.
Video del niño y la posterior balacera quedaron registrados en redes, y se ha señalado que la exposición mediática puede motivar a perpetradores a actuar. Participación de escoltas y guardias del conjunto quedó documentada, con el hecho de que los intrusos ingresaron por la propiedad vecina y huyeron en moto, lo que añade una dimensión de seguridad vecinal y vigilancia que las comunidades deben reforzar ante este tipo de situaciones.
«Ese clip se hizo tan viral que, a las tres de la mañana, se nos intentaron meter tres cabezones.» – Risitas, miembro del equipo
En definitiva, el episodio dejó claro que la notoriedad mediática requiere medidas adicionales de protección y coordinación entre el personal de seguridad, los hogares de creadores y las administraciones de los conjuntos residenciales, para evitar que la exposición de ubicaciones sensibles se convierta en una puerta abierta para riesgos reales. La reflexión principal es que la seguridad debe adaptarse a la rapidez de las plataformas de streaming y a la visibilidad que generan las transmisiones en vivo, sin perder de vista la responsabilidad y la protección de todas las personas involucradas.
















