La Veintitrés

La Fuerza del voto: un día de esperanza para Venezuela

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Por Eduardo Frontado Sánchez

El 28 de julio de 2024 quedó marcado en la historia de Venezuela como un día donde el pueblo venezolano demostró, de manera pacífica y contundente, su deseo de cambio a través de la acción del voto, un derecho consagrado en nuestra constitución nacional. Esta jornada electoral no solo será recordada por su significancia política, sino también por la movilización masiva y el espíritu cívico que se vivió en todo el país.

Desde tempranas horas de la mañana, la participación ciudadana fue notable. A las 6:00 a.m., en mi centro electoral, ya habían votado 700 personas, un número que refleja el compromiso del pueblo venezolano con una transformación pacífica. Este entusiasmo en las urnas muestra que, a pesar de los desafíos, los venezolanos prefieren los mecanismos democráticos para expresar su deseo de un cambio de rumbo.

La declaración de victoria por parte de los entes gubernamentales no puede interpretarse más que como un acto desesperado frente a una clara derrota. En procesos anteriores, muchos de nosotros habíamos sentido una profunda rabia e impotencia, convencidos de que habíamos hecho todo lo posible para promover el cambio. Sin embargo, esta vez fue diferente. Esta vez, el pueblo y las zonas populares comprendieron que no podemos tolerar más de 25 años de miseria y represión. Esta vez, el pueblo respondió.

Es fundamental entender que cuando las autoridades intentan aferrarse al poder mediante la fuerza y la irracionalidad, nosotros, como ciudadanos, debemos mantenernos con paciencia y claridad de que estamos del lado correcto de la historia.

Lamento profundamente las muertes y los hechos de violencia ocurridos en las últimas horas. No aplaudo la violencia en ninguna de sus formas, pero reconocemos la valentía de aquellos que han salido a defender nuestro derecho a vivir en libertad. La lucha por la libertad es un derecho humano esencial, y es aún más admirable cuando se persigue con convicción y en busca de un futuro mejor.

Estoy seguro de que saldremos adelante y de que la verdad prevalecerá. Mientras tanto, debemos mantenernos firmes en nuestra lucha, denunciando de manera pacífica y alzando nuestra voz contra cualquier acto de violencia.

A través de este artículo, hago un llamado a la comunidad internacional para que observe los hechos y no se deje engañar por las artimañas de los que no desean admitir sus malos manejos, el fracaso de sus políticas y la necesidad de un cambio. Como venezolano, estoy seguro de que no solo saldremos adelante, sino que también transformaremos las adversidades actuales en oportunidades, recordando siempre que nuestra humanidad y nuestras diferencias nos unen.

Los venezolanos somos un pueblo de paz, con una convicción profunda por nuestros ideales, y lucharemos hasta el final por lo que queremos lograr. Debemos trabajar juntos por un sueño colectivo: ver a Venezuela libre, libre de ideales dañinos, de aquellos que se burlan del pueblo y buscan su destrucción. Construir un país se forja en la base de la libertad, el respeto a los ideales y el trabajo duro diario.

Este 28 de julio es un testimonio del espíritu indomable del pueblo venezolano, y con unidad y determinación, alcanzaremos la Venezuela libre y próspera que todos deseamos basándonos siempre en los principios de honestidad y perseverancia.

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