La Playa de Belén, un encantador pueblo ubicado en el Norte de Santander, Colombia, forma parte de la Red de Pueblos Patrimonio y se distingue por sus impresionantes murallas naturales de roca que envuelven su núcleo urbano. Los habitantes de este rincón de la cordillera Oriental, situado a tres horas de Cúcuta, se dedican con esmero a la conservación de su paisaje natural, la arquitectura colonial y las tradiciones ancestrales, preservando un entorno geológico singular que actúa como un escudo natural y área natural única.
Estas formaciones rocosas, moldeadas por la erosión del viento y el agua en Los Estoraques, han sido declaradas área natural única debido a sus columnas, agujas y cañones que crean un paisaje espectacular. Con una temperatura promedio de 21 grados Celsius, el pueblo invita al turismo ecológico, el senderismo y la fotografía, promoviendo políticas de bajo impacto para salvaguardar su patrimonio. Las calles empedradas, las fachadas blancas y las puertas de madera colonial intactas transportan a los visitantes a épocas pasadas, mientras que sitios como Los Pinos, el Mirador de los Muertos con su cementerio elevado y la Iglesia de San José ofrecen vistas inolvidables accesibles por caminos serpenteantes entre montañas y valles.
Un destino que protege su esencia
La Playa de Belén no solo resguarda su belleza geológica y arquitectónica, sino que también fomenta un modelo de turismo sostenible que equilibra el disfrute de sus maravillas con la protección del medio ambiente y las costumbres locales, convirtiéndolo en un ejemplo vivo de preservación cultural en Colombia.

















