Por JUAN MANUEL GALÁN*
Jamundí es el símbolo del abandono poblacional y territorial que deja la fallida política de paz total. El municipio de Jamundí, parte del área metropolitana del suroccidente y limítrofe con Cali, está controlado en su zona rural por el grupo armado organizado GAO ‘Jaime Martínez’, grupo residual no vinculado al Acuerdo Final de 2016 entre el Gobierno Nacional y las FARC.
Según estimaciones de las Fuerzas Militares, este GAO tiene entre 900 y 1.500 combatientes financiados por el narcotráfico. Estructuró una red logística en el cañón del Micay y el Naya y en Jamundí, consolidando la ruta hasta el Pacífico. En esas dos zonas hay cerca de 18 mil hectáreas de coca sembrada, de las cuales el 10% están en el Valle del Cauca.
Se estima que en Colombia la ‘Jaime Martínez’ produce entre el 15% y el 20% del total de clorhidrato de cocaína. Solo en el Cauca fabrican 270 toneladas y otras 20 salen del Naya vallecaucano. Todo ocurre a una distancia de entre una y tres horas en carro desde el centro comercial Jardín Plaza, en el sur de Cali.
Este GAO controla el microtráfico en la región, incluida Cali, donde hay presencia de más de 100 organizaciones criminales que hacen parte de una red delincuencial articulada (oficinas de cobro, líneas de comercialización, pandillas, células urbanas).
La zona rural de Jamundí no tiene presencia permanente de la Policía, que solo está en el casco urbano y en los corregimientos de Timba y Robles, en la zona plana. El Ejército aún está en espera de crear un batallón de alta montaña para asegurar el control institucional.
Entre 2023 y 2024, el municipio de Jamundí vio aumentar su tasa de homicidios de 63 a 65 por cada 100.000 habitantes. Solo entre 2016 y 2017, un año después de la firma del Acuerdo Final, los homicidios crecieron un 17%. La zona rural es el vaso comunicante con el Cauca y con el Pacífico, lo que hace de Cali y la región, un corredor estratégico de ilegalidad.
A pesar de los fenómenos crecientes de violencia y criminalidad en el sur del Valle y Cauca, en Cali se completa una tendencia de una década de reducción de los homicidios. Entre el 1 de enero de 2024 y mayo de 2025, la ciudad registra la menor tasa de homicidios en 30 años (42 por cada 100.000 habitantes). En el mismo período, el acumulado de muertes violentas es el menor desde 1995. 2024 fue el año menos violento en tres décadas y lo corrido de 2025 lo sitúa como el segundo menos violento en el mismo período. En 2024, el 65% de la reducción de homicidios en Colombia se explica por la reducción de homicidios en Cali.
Sin embargo, Cali es la capital con mayores cifras de violencia, lo cual es un efecto “de vecindario”, por ser la ciudad colombiana más cercana a la primera región productora de cocaína en el mundo. Para consolidar la reducción de la violencia en Cali debe controlarse la criminalidad y las economías ilegales en el Cauca y en la zona alta de Jamundí.
La prioridad, es una estrategia militar y policial de recuperación territorial, es la protección de la población con presencia institucional sostenida que garantice la seguridad multidimensional en esta estratégica región.
*Director Nacional del Nuevo Liberalismo