La noticia que llega desde Barcelona señala que Lamine Yamal, delantero del FC Barcelona de 18 años, está evaluando la posibilidad de adquirir el complejo que fue vivienda de Shakira y Gerard Piqué en Esplugues de Llobregat para mudarse junto a Nicki Nicole, su pareja. La operación contemplaría la compra del conjunto valuado en unos 12,7 millones de dólares y, según las circunstancias, convertirlo en una residencia para un deportista de alto rendimiento; en agosto pasado se vendió una de las tres viviendas del complejo por alrededor de 3,5 millones de dólares, lo que añade dinamismo al proceso de adquisición.
El inmueble se ubica en Ciudad Diagonal, Esplugues de Llobregat, y abarca casi 4.000 metros cuadrados repartidos en tres casas interconectadas. Entre sus características figura una de las residencias principales de unos 700 metros cuadrados, además de piscina interior y exterior, gimnasio, biblioteca, sala de cine y un estudio de grabación. El diseño corre a cargo de Mireia Admetller, que dio al conjunto una estética contemporánea y minimalista con ventanales que conectan los interiores con los jardines y las zonas de esparcimiento.
La estructura propietaria del lugar contempla que la propiedad esté a nombre de la sociedad Inversiones BCN Two & Two SL, y la operación dependería de la compra de todo el complejo que incluye dos mansiones principales y viviendas para los padres de ambos ocupantes. A la lista de servicios se suman ascensor y accesos adaptados para movilidad reducida, jardines con un campo de fútbol y una pista de pádel, detalles que apuntalan la idea de convertirlo en una residencia de alto rendimiento para un atleta de élite. Este escenario se enmarca en un patrón de interés persistente de figuras del espectáculo por inmuebles vinculados a Shakira y Piqué, con un alto perfil mediático.
Una propiedad histórica en la órbita de la fama y el deporte
«La cantante y el futbolista llevan tres años intentando deshacerse del lugar en el que criaron a sus hijos en la capital catalana» – Medios españoles
Contextualmente, la mansión fue hogar de Shakira y Gerard Piqué hasta su separación en 2022; desde entonces la gestión patrimonial y la custodia de Milán y Sasha han sido objeto de fricción en la prensa y entre las partes. En agosto de este año ya se produjo la venta de una de las tres casas del complejo por aproximadamente 3,5 millones de dólares, lo que reaviva el interés por el inmueble asociado a celebridades y al mundo del deporte. Con un valor de mercado de unos 12,7 millones de dólares, el proyecto de Yamal y Nicole podría redefinir el uso del conjunto como base de entrenamiento y residencia para un atleta de alto rendimiento, con un retorno mediático relevante para ambos mundos.
Entre los elementos arquitectónicos destaca su construcción en 2012 y la intervención de Mireia Admetller, que dio al complejo un aire contemporáneo y minimalista. Sus 6 dormitorios y 5 baños se complementan con una piscina interior y otra exterior, un gimnasio, una biblioteca, una sala de cine y un estudio de grabación, todos conectados por un diseño que enfatiza la amplitud y la iluminación natural ocasionada por grandes ventanales. Además, la propiedad cuenta con ascensor, accesos para movilidad reducida y unos jardines que albergan un campo de fútbol y una pista de pádel, infraestructura pensada para un estilo de vida de alto rendimiento y confort familiar.
La difusión de este posible acuerdo, que involucra una cifra global de casi 12,7 millones de dólares y un complejo que supera los 4.000 metros cuadrados, mantiene en el centro de la conversación pública a una residencia que une el mundo del espectáculo y el deporte. En el marco de estas negociaciones, la historia reciente del inmueble —su pasado como hogar de Shakira y Piqué y la tensión patrimonial que rodeó su administración— añade un matiz de intriga para seguidores y analistas, mientras Lamine Yamal y Nicki Nicole consolidan su presencia mediática en torno a un proyecto que podría redefinir la vida cotidiana de un joven astro del fútbol y su pareja en la ciudad condal.
