Los caraduras del pito

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Por Esteban Jaramillo Osorio

El Once Caldas encontraba un impulso emocional con el resultado a favor que se maduraba sin afugias, con una propuesta diferente que no lo llevaba a atrincherarse ni a ser dominado con sufrimiento. 

El ídolo del pueblo, Dayro Moreno, con un gol a favor, batallaba inspirado, aparecían los toques a la pelota en el tercio de ataque y la portería del rival no era lejana. De repente, cuando menos se esperaba, apareció la mano maligna del árbitro y malogró la fiesta.

Empezó el juicio a la jugada, con revisión en el VAR y obstinación del juez central, por mantenerse en el error, en sospechosa actitud, con audios que acompañan esta nota, que lo ratifican. 

La visión de lo ocurrido, ratifica la infracción del autor del gol del empate, John Córdoba, del Bucaramanga. Las pocas dudas existentes desaparecieron, tras conocerse los conceptos de expertos arbitrales consultados. “Si no lo empuja no cae”, dijo uno ellos.

Desconcierta el diálogo en el VAR, en el que Sebastián Restrepo, coordinador de las ayudas técnicas de juzgamiento, asume un papel pasivo, poco explícito y complaciente con Delgado el juez central, convalidando el error en su explicación y lavándose las manos.

En evidencia quedó, una vez más, que el futbol colombiano está sitiado por la desconfianza, que el negocio se traga el espectáculo, castiga la meritocracia, y el pito de los árbitros condiciona resultados.

Para colmo de males, por las malas relaciones de los dirigentes con los periodistas, no hay dolientes que pongan el dedo en la llaga. Los periodistas con voces nacionales son indiferentes, algo tan distinto a lo que hacía en el pasado el fallecido Javier Giraldo Neira, quien vociferaba y acusaba con argumentos, frente a los atropellos.

Respecto al juego, el Once fue un equipo confundido, sin ideas claras, errático e inofensivo en el primer tiempo. Lo que produjo el lucimiento de su portero James Aguirre.  

Vivió una reacción estimulante, en el segundo periodo, reflejada en las opciones a favor, en el posicionamiento adelantado de sus líneas y en el liderazgo por contagio de su goleador récord.

Tuvo aciertos Hernán Herrera, el entrenador, moviendo el pizarrón. Mejoró la circulación de la pelota, los trotones como Billy Arce aceleraron un poco la zancada, y el rendimiento colectivo se vio ágil, con soltura. 

Fueron ratos de buen futbol a pesar de la improductividad de sus extremos.

P.D. Jorge Guzmán, el Var, del partido Pasto Once Caldas, del año pasado, que convalidó la mano involuntaria de “el pecoso” Correa sancionada y cobrada, estará en idéntica función en el juego del miércoles ante Patriotas. Tiene antecedentes por su errático comportamiento. ¡Ojo con eso! Esteban J.

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