Los pueblos tienen los monumentos que se merecen

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El Monumento a los Colonizadores, ícono y referente para la ciudad, el que aparece en cuanta guía y plan se elabora para promover el turismo en la capital caldense, está sin terminar. Después de 37 años de estar allí en lo más alto del barrio Chipre, ni siquiera ha sido reconocido como Bien de Interés Municipal.

En este momento las esculturas se encuentran fundidas e instaladas, y el público puede visitarlas, pero el proyecto original que incluye mirador, graderías, una plazoleta, jardín botánico, relieve  geográfico del Municipio de Manizales, baterías sanitarias, señalización e iluminación, no se ha podido terminar. Es decir, la obra en su forma actual no despliega todo su potencial para el visitante y para la cultura de Manizales.

Arte y arquitectura se funden en 54 figuras en bronce que pesan 25 toneladas, en las cuales están representados todos los elementos de la colonización antioqueña de los siglos XIX y XX. Es el Monumento a los Colonizadores.

Allí, anclados en la popular zona de Chipre, están en un solo lugar las expresiones de las personas, los animales, sus costumbres y toda la simbología que trajeron a hombros y a lomo de buey ese centenar de antioqueños que pobló lo que hoy se conoce como Manizales.

Las figuras del parque histórico escultórico fueron bautizadas como La Agonía y El Éxtasis, las cuales hacen alusión al sufrimiento, la inclemencia, las pequeñas derrotas, que al final se ven recompensadas con esa gran victoria que supuso conquistar la montaña, conquistar la cordillera Central; también reposan allí un relieve geográfico de Manizales, así como el centro multipropósito Recinto Kumanday.

Este inacabado lugar cuenta además con una muestra botánica de especies nativas, mirador y corredores peatonales. Su estratégica ubicación pone a disposición un horizonte infinito, que con algo de fortuna, acerca la mirada a siete departamentos.

El Monumento a la Colonización Antioqueña se empezó a construir en 1987. Pese a que se encuentra abierto al público desde principios de siglo, hasta la fecha no se ha terminado. Los diseños originales han sido alterados perjudicando, según su autor, la esencia y funcionalidad del proyecto inicial.

El cerebro detrás de esta obra es el maestro Luis Guillermo Vallejo Vargas, quien se ha dado el lujo de recibir a los alcaldes y gobernadores de los últimos 20 años, en una especie de comunión mutua, que sin embargo, se han quedado en mera visita.

Él mismo lo advierte y reclama seriedad. Ahora adelanta una campaña buscando apoyo público y privado para terminar el Monumento a los Colonizadores. Se requieren nueve ceros para concluir la obra.

Recuerda también que tuvo a su cargo, no solo elaborar los diseños y construir la obra, sino adecuar la montaña sobre la cual fue construido. La misma que transportó desde un barranco ubicado al lado del túnel de la línea de ferrocarril, que pasaba por donde hoy se erige la Universidad Autónoma.

Todos los alcaldes que han estado acá me han visto tratando de hacerlo y no me han ayudado, por las razones que sea, y los que me han ayudado les agradezco mucho, pero que dejen de pensar en cosas personales y que más bien nos concentremos en que ellos son los gobernantes y que yo hago parte de esos ciudadanos para los cuales ellos gobiernan, con los que deben trabajar en el mismo bando, no dándome una manito a mí, sino a la ciudad, a los jóvenes, a todos los manizaleños”.

El maestro Vallejo busca aire cada vez que recuerda que no ha podido terminar la obra. Confiesa que es un peso que tiene encima, el cual no quiere cargar más. Un peso que cuesta tres mil millones de pesos.

“Llevo 37 años, tratando de que eso pase y no he sido capaz de terminar el monumento. Son tres mil millones de pesos si es que no nos tiran muy duro“, puntualiza.



Lejos del diseño original
En el Plan de Ordenamiento Territorial del Municipio de Manizales se encuentra que el Monumento está a cargo del Instituto de Cultura y Turismo Municipal (hoy Secretaría de Cultura y Civismo), que junto con La Promotora de Eventos y Turismo, fueron las entidades creadas ante la desaparición de aquel instituto.

Para la terminación del Monumento a los colonizadores y su adecuación según el diseño original, se requieren obras en la parte exterior, finalización del Recinto Kumanday, intervención de la muestra botánica, realización del relieve geográfico, iluminación  general y baterías sanitarias.

Para que en su componente exterior el Monumento a Los Colonizadores cumpla con el diseño original y pueda ofrecer al visitante todas sus posibilidades y sea valorado por la  Administración Pública como bien de Interés Municipal, son necesarias las siguientes obras:

  • Modificación de las rampas de accesos actuales que se construyeron de forma provisional en el año 2000.
  • Construcción de la plazoleta intermedia (mirador).
  • Baterías sanitarias.
  • Construcción de las graderías e instalación de las sillas hechas hace un tiempo ya.
  • Construcción de la entrada principal.
  • Resiembra del jardín botánico.
  • Iluminación.
  • Realización del mosaico “La Rosa de los Vientos”.
  • Señalización.

Línea de tiempo

Una vez se adquirió en 1949 el lote del Lago de Aranguito para construir allí el monumento, se creó en 1958 la Avenida 12 de Octubre, sobre la que se proyectó la obra. En 1991 el maestro Luis Guillermo Vallejo presentó los diseños, que fueron aprobados por la Alcaldía de Manizales ese mismo año.

En 1998 comenzó la construcción y se lanzó una gran campaña para que los habitantes de la ciudad donaran dinero y elementos como llaves en bronce, para aportar a elaboración de las esculturas. Fueron recaudados 370 millones de pesos, a los que se sumaron 300 millones de pesos más, donados en 1999 por el gobierno del presidente Andrés Pastrana Arango.

En el año 2000 el Monumento a los Colonizadores fue abierto al público, pero la obra quedó inconclusa. En 2016 fue intervenido por la Alcaldía Municipal sin respetar el diseño original, alterando los usos de los espacios.

Un nuevo intento por terminar el monumento se produjo en el año 2020 por parte de la Administración Municipal, sin embargo, fracasó.

La historia de Aranguito

Se relata en la página de Facebook Mi Pueblo en Historias, en un escrito titulado Tardes de ocio en el lago de Aranguito: “en la parte más alta del barrio Chipre, en Manizales, hubo alguna vez un lago en el que los habitantes de la ciudad ejercían actividades lúdicas y se reunían para comer obleas. Este lago se formó, según algunas versiones, de un nacimiento de agua que hubo en ese lugar, que para entonces era “morrogacho” por la apariencia que este tenía al observarlo desde el municipio de Neira”.

Narra la misma fuente que en ese lugar en el año 1843, “después de que Fermín López y otro grupo de colonos ya hubiesen dejado las huellas de sus pisadas, el señor José Joaquín Arango Restrepo se subió a un árbol y desde allí quedó embelesado con lo que vio: la planicie donde sería construida la expansión de la ciudad de Manizales y los picos blancos del Ruiz y el Santa Isabel”; y señala que por el autor de ese hallazgo, es de donde viene el apelativo de ‘Aranguito’.

El lugar se destaca en dicha nota, la Sociedad de Mejoras Públicas de Manizales organizó un parque para lo cual adecuaron el terreno y levantó un kiosco, lo que lo convirtió en un sitio muy visitado, donde se hacían retretas y la gente buscaba esparcimiento.  Luego funcionó en el sitio un estadero, con rumba, con orquestas en vivo en la temporada de ferias.

El lago permaneció hasta principios de los 60s, cuando dio lugar a un estadero llamado “Las Torres”, donde la rumba era con orquestas en vivo, particularmente en las épocas de la Feria de Manizales.

El Lago de Aranguito estaba en terrenos de la matrona manizaleña Clementina Pinzón Posada, los que según sus descendientes, los donó para que se construyera allí un Monumento de homenaje a los fundadores de la ciudad.

Obras pendientes

Para que el recinto sea utilizado en toda su capacidad requiere las siguientes obras:

  • Izar el Corazón de la Solidaridad.
  • Realización del mural “Historia de Manizales” a partir de las pinturas seleccionadas en la convocatoria en instituciones educativas de laciudad.
  • Construcción del espejo de agua del centro del recinto.
  • Construcción de repisas de exposición.
  • Construcción del mosaico del piso.
  • Realización del arte de columnas a partir de figuras precolombinas.
  • Construcción de la recepción del recinto.
  • Iluminación general.
  • Construcción del tanque de abastecimiento de agua.

Con información suministrada por el maestro Luis Guillermo Vallejo Vargas y la Fundación CHIMI

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