Lula liderará delegación latinoamericana en la IV Cumbre Celac-UE en Santa Marta, Colombia

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La IV Cumbre Celac-UE se celebrará en Santa Marta, Colombia, del 7 al 10 de noviembre, en un marco singular por la confirmación de la asistencia de Luiz Inácio Lula da Silva, quien encabezará la delegación latinoamericana. El anuncio llega en medio de un contexto geopolítico tenso, con sanciones de Estados Unidos contra el presidente Petro y una presencia militar estadounidense en el Caribe y el Pacífico, mientras la región busca mantener el foco en la cooperación y la solidaridad entre los pueblos. Santa Marta conmemorará además en 2025 los 500 años de fundación, un símbolo histórico que añade simbolismo a un encuentro cuyo objetivo es reactivar relaciones tras un lapso de ocho años sin cumbres entre la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños; la última cita tuvo lugar en Bruselas hace dos años.

Entre las novedades logísticas y de representatividad, la presencia de Lula se contrapone a las ausencias de varios líderes europeos. Ursula von der Leyen no viajará a Santa Marta y su lugar en la representación de la UE recaerá en la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, en su calidad de Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, según fuentes de la Cancillería colombiana citadas por El Tiempo. En cuanto a la participación de otros mandatarios, Costa sí estará presente; Emmanuel Macron no asistirá, aunque los motivos aún no están claros. También se esperan a jefes de gobierno de Belice, Finlandia, Croacia y República Checa, además de Yamandú Orsi Martínez, presidente de Uruguay, y Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España. En el plano regional, Claudia Sheinbaum y Gabriel Boric declinaron su presencia, y tampoco se esperan los casos de Javier Milei, de Argentina, ni José Jerí de Perú, según la confirmación oficial difundida por la Cancillería colombiana.

La cumbre como cruce de intereses ante ausencias y tensiones regionales

El marco de trabajo previsto comprende dos sesiones de alto nivel orientadas a temas de cooperación, comercio, inversión y seguridad regional, con la expectativa de reanudar canales de diálogo que quedaron congelados durante años. La coyuntura se ve marcada por el distanciamiento político entre actores clave y por la decisión de celebrar la reunión en Santa Marta, una ciudad que, además de su carga histórica, enfrenta retos logísticos como la conectividad aérea. La elección de Santa Marta, en lugar de Bogotá, ha generado dificultades notorias, incluida la ausencia de vuelos directos desde Belém de Pará, sede de la COP 30, lo que complica los movimientos de delegaciones procedentes de la región amazónica y de otros puntos lejanos de la región.

«¿El impacto que pueda tener en la cumbre? Espero que ninguno. Espero que esta cumbre se concentre en lo esencial, fortalecer la relación entre los pueblos. Imagino que es lo que va a pasar» – François Roudié, embajador de la Unión Europea en Colombia

«no está prevista» su visita a Santa Marta, sin ofrecer detalles adicionales – fuentes del Palacio del Elíseo

«Fuerzas ajenas a la paz de América han querido que la cumbre Celac/Europa fracase. Y claro que en la nueva geopolítica fósil y antidemocrática, se busca que los pueblos que desean la libertad y la democracia no se junten» – Gustavo Petro

«Agradezco al presidente Lula, que en este, que es el momento más duro para Latinoamérica y el Caribe, decida que nos encontremos en Santa Marta con Europa. Es la hora de la unidad» – Gustavo Petro

«El impacto de lo que está ocurriendo en el Caribe es muy complejo» – Un funcionario latinoamericano que planeaba asistir

En este contexto, los analistas destacan que, pese a las ausencias notables, la cumbre busca mantener la agenda de cooperación entre Estados y crear un marco de diálogo frente a desafíos compartidos. La reunión adquiere también un sentido de coyuntura regional frente a tensiones surgidas por sanciones estadounidenses y la presencia de fuerzas extranjeras, así como la discusión sobre posibles operaciones en Venezuela. En ese equilibrio entre discrepancias y cooperación, la presencia de Lula y la participación de Costa, junto con otros jefes de Gobierno y de Estado, podrían servir para consolidar un mensaje común sobre desarrollo, seguridad regional y agenda multilateral.

La cita en Santa Marta, por tanto, se entiende como un intento de reencauzar relaciones UE-CELAC hacia objetivos concretos, pese a las ausencias destacadas en las filas europeas y a las fricciones que atraviesan la región. La ciudad caribeña, con su historia y su reciente conmemoración de medio milenio, se convierte en un escenario simbólico para un encuentro que busca resultados tangibles en cooperación y una señal de unidad frente a los retos del Caribe y de la región en su conjunto.

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