En La Ciudad de las Cajas, la sede de grabación de Caracol Televisión para el Desafío del Siglo XXI, Manuela, atleta de crossfit proveniente de Antioquia, fue eliminada del reality tras negarse a cumplir la misión secreta encomendada por El Elegido. La noticia llega con la confirmación de que salió del programa con 27 millones de pesos en su haber, y que dejó de lado la posibilidad de ganar 10 millones de pesos adicionales si la misión se cumplía y permanecía oculta. La escena de la misión se desarrolló en Playa Baja y los hechos trascendieron durante su participación en el programa y en su aparición en Día a Día.
Manuela fue seleccionada para una misión secreta de El Elegido, pero se negó a seguir la instrucción que podría haber afectado a su equipo. Esta negativa provocó su eliminación tras perder el Desafío a Muerte, un desenlace que ocurrió en pleno desarrollo de la dinámica de Playa Baja. Según las declaraciones disponibles, suma 27 millones de pesos como ganancia declarada, y existe la posibilidad de recibir 10 millones más si la misión se hubiera cumplido sin ser revelada, tal como marca el reglamento del juego.
La misión secreta, las reglas del juego y el costo de las decisiones
Las reglas del Desafío del Siglo XXI permiten que El Elegido asigna una misión secreta con un premio en juego, cuyo cumplimiento podría aumentar las ganancias solo si se mantiene oculto. Incumplirla, como en el caso de Manuela, implica el riesgo inmediato de eliminación. Manuela, antioqueña y atleta de alto rendimiento, dio detalles de su experiencia en Día a Día y confirmó haber obtenido 27 millones de pesos, al tiempo que reiteró que la misión que le proponían podría haber generado 10 millones extra si se hubiera ejecutado sin que nadie lo supiera.
Durante la aparición de la madre de Manuela, Margarita, en Día a Día, surgieron comentarios sobre otros participantes, como Yudisa y Mencho, que acentuaron la tensión entre los competidores y la familia. Margarita expresó que, por momentos, Manuela parecía una persona muy sumisa, pero también señaló gestos que, en su opinión, podrían interpretarse como despectivos entre los integrantes del grupo. En otro tramo, agregó dudas sobre la presencia de Mencho frente a Valentina y dejó entrever el peso de la situación al afirmar que la familia “tendría Dios ahí” para ciertos ciertos giros del destino dentro del programa, rematando con la idea de que la lengua ha jugado un papel decisivo en su experiencia televisiva.
«La misión era hacer que mi equipo fuera a Playa Baja haciendo que perdiera el Desafío de Servicios y quedara de último lugar y decidieran no pagar el arriendo o pues yo incumpliendo una norma. La verdad desde el momento que escuché esa tarea me entró por un oído y me salió por el otro» – Manuela, participante
Este episodio coloca al descubierto las dinámicas internas del programa y la presión de los pagos sobre los participantes. Con Manuela fuera del juego y con su ganancia real de 27 millones de pesos ya asegurada, la conversación pública se centra en las implicaciones de no cumplir misiones que pueden definir el destino económico de quienes participan en el Desafío del Siglo XXI.
















