La actriz colombiana Margarita Rosa de Francisco generó un intenso debate en la red social X al comentar “¿Por qué me parece sexy esta foto?” sobre una imagen del presidente Gustavo Petro, quien lució una chaqueta negra decorada con flores, confeccionada artesanalmente por habitantes de calle, durante un almuerzo navideño el 24 de diciembre en la Plaza de Armas de la Casa de Nariño. El evento reunió a varios centenares de individuos en situación de vulnerabilidad, incluyendo personas sin hogar, indígenas y miembros de la comunidad LGBTI+, quienes compartieron comida tradicional como lechona y pavo, acompañada de espectáculos musicales.
Petro compartió la fotografía destacando el gesto solidario, acompañado por sus hijas Sofía y Antonella, la directora del Dapre Angie Rodríguez, el ministro de Educación Daniel Rojas Medellín y el ministro de Igualdad y Equidad Juan Carlos Florián. El comentario de la actriz, conocida por elogiar previamente al presidente del Gobierno español Pedro Sánchez como “está sexy el ministro de defensa” en marzo, desató opiniones divididas entre seguidores y detractores del mandatario, avivando un debate sobre fanatismo y percepción subjetiva en las redes.
Reacciones cruzadas en X
La publicación de Petro explicaba: “Mi pinta en el almuerzo con los habitantes de calle. La chaqueta la hicieron los habitantes de calle y es mi regalo de Navidad. Los últimos serán los primeros”, subrayando su mensaje de inclusión social. Sin embargo, el piropo de Margarita Rosa de Francisco provocó respuestas críticas, como la de la representante a la Cámara por el Partido Alianza Verde Katherine Miranda, quien ironizó: “La belleza es subjetiva, pero cuando se vuelve fanatismo, también se queda ciega”. La periodista Darcy Quinn se sumó con humor: “Porque necesitas gafas urgentemente ….jajajajajaja”, reflejando el tono polarizado de las interacciones en la plataforma.
“¿Por qué me parece sexy esta foto?”
Margarita Rosa de Francisco, actriz
Este intercambio resalta las dinámicas apasionadas en torno a la figura presidencial, donde gestos simbólicos como la chaqueta navideña se convierten en catalizadores de discusiones más amplias sobre política, estética y lealtades partidistas en Colombia.
