Más de mil millones de personas viven con trastornos de salud mental, urge ampliar los servicios

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La OMS advierte que, pese a los avances en políticas y programas, el gasto público en salud mental sigue representando apenas el 2% del presupuesto total en salud, con grandes disparidades entre países.

Más de mil millones de personas en el mundo padecen trastornos de salud mental, según los datos publicados este martes por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Afecciones como la ansiedad y la depresión generan elevados costos humanos y económicos, además de un impacto profundo en la calidad de vida.

La agencia sanitaria subrayó que, aunque muchos países han reforzado sus programas y estrategias, es necesario aumentar la inversión y ampliar los servicios para proteger y promover la salud mental de la población. Estos problemas son frecuentes en todos los países y afectan a todas las edades y niveles de ingresos.

Se estima que la depresión y la ansiedad cuestan por sí solas alrededor de un billón de dólares estadounidenses al año a la economía mundial. Constituyen la segunda causa de discapacidad prolongada, aumentan los años de vida saludable perdidos y ocasionan pérdidas económicas sustanciales.

Los resultados provienen de dos informes recientes: La salud mental mundial hoy en día y Atlas de salud mental 2024. Ambos documentos servirán de base para el diálogo internacional previo a la próxima reunión sobre enfermedades no transmisibles y salud mental, prevista para septiembre.

Falta de inversión y marcos legales

La OMS alertó que, aunque se han registrado avances en políticas de salud mental desde 2020, pocos países cuentan con legislaciones basadas en los derechos humanos. Solo el 45% informó que sus normas cumplen plenamente con los estándares internacionales. Además, el suicidio sigue siendo un problema grave: en 2021 se registraron unas 727.000 muertes, lo que lo convierte en una de las principales causas de defunción entre los jóvenes.

El Atlas de salud mental 2024 revela que el gasto público en este campo se mantiene estancado en un 2% del presupuesto total en salud desde 2017. Mientras los países de ingresos altos destinan en promedio 65 dólares por persona, los de ingresos bajos apenas asignan 0,04 dólares, una diferencia que evidencia las brechas de atención.

Menos del 10% de los países ha completado la transición hacia modelos de atención comunitaria. La mayoría continúa dependiendo de hospitales psiquiátricos, donde casi la mitad de los ingresos se realizan sin el consentimiento del paciente y más del 20% implican estancias superiores a un año.

Por otra parte, la integración de la salud mental en la atención primaria muestra avances, y más del 80% de los países ofrece actualmente apoyo psicosocial en situaciones de emergencia, frente al 39% que lo hacía en 2020. También han crecido las iniciativas de promoción y los servicios de telemedicina, aunque su acceso aún es desigual.

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