Discurso antifeminista cobra relevancia electoral en distintas regiones
Un patrón de hostilidad hacia la equidad de género ha dejado de figurar como ruido para convertirse en una estrategia regular dentro de campañas y movimientos políticos, según un análisis reciente.
La evidencia apunta a que, a nivel global, este lenguaje ha ganado terreno en varios escenarios, entre ellos Estados Unidos, Corea del Sur, y ciertas naciones de Europa, como Alemania y Francia. En estos contextos, la retórica antifeminista se utiliza como recurso para movilizar votantes y debilitar estructuras de control institucional.
«La difusión de ideas antifeministas a través de redes sociales ha pasado de ser un fenómeno marginal a una estrategia de campaña» – Analista del Observatorio de Género y Geopolítica de Iris
Una nota divulgada en octubre pasado por el Observatorio de Género y Geopolítica de Iris señala varios factores que explican este fenómeno. El reporte indica que la consolidación de redes de influencia facilita la difusión, organización y monetización de mensajes antifeministas a gran escala.
- Coordinación entre creadores y actores políticos para amplificar contenidos con fines electorales
- Uso de plataformas digitales como canal principal para difundir narrativas discriminatorias
- Modelos de ingresos que sostienen la difusión y la expansión de estas campañas
- Empleo de terminología asociada a movimientos radicales para justificar actos o manifestaciones
El documento también aporta ejemplos puntuales de cómo estas dinámicas se han traducido en hechos dentro de ciertos países, como la imputación de un hombre en Francia por un complot atribuido al movimiento incel, señalando una línea de radicalización que se manifiesta en distintos contextos.

















