Miguel Uribe Londoño, exprecandidato presidencial y hasta hace poco miembro del Centro Democrático, renunció formalmente a su militancia en el partido tras ser expulsado, en un anuncio que hizo público mediante un mensaje en redes sociales. Esta decisión surge en medio de crecientes tensiones internas, desacuerdos profundos, falta de atención y respaldo por parte de la dirigencia, y su firme convicción de no negociar valores fundamentales.
En su publicación, Uribe Londoño enfatizó que los valores no se negocian, subrayando su postura ante las divisiones que han marcado el proceso interno del partido. Recordó su trayectoria como cofundador del Centro Democrático, creado por el expresidente Álvaro Uribe Vélez, y lamentó la decisión de la colectividad de avanzar en el proceso electoral únicamente con las precandidatas María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y Paola Holguín.
Contexto de la crisis interna
La salida de Uribe Londoño se precipitó tras rumores sobre una posible unión a la campaña de Abelardo de la Espriella, quien habría contactado directamente a Álvaro Uribe para sondear esa posibilidad. Sin embargo, el ahora exmilitante rechazó categóricamente esas afirmaciones, insistiendo en que no se sumaría a esa aspiración. Esta situación evidencia el deterioro de su relación con miembros clave del partido, que optó por excluirlo del camino hacia la candidatura presidencial.
“¿Acaso sería creíble mi convocatoria de unirnos en un solo movimiento y bajo un solo liderazgo si yo mismo no estuviese dispuesto a desistir de mi candidatura? El liderazgo, como lo enseñé a mi hijo, se ejerce con el ejemplo. Se me acusa de haber renunciado a mi candidatura; no lo había hecho”
Miguel Uribe Londoño, exprecandidato presidencial
La renuncia de Uribe Londoño marca un quiebre significativo en el uribismo tradicional, en un momento en que el Centro Democrático busca consolidar su unidad de cara a las elecciones venideras, dejando al descubierto las fisuras que han caracterizado su dinámica reciente.
