El M-19 tomó y retomó el Palacio de Justicia de Bogotá entre el 6 y el 7 de noviembre, un episodio que quedó grabado en la memoria de la nación y que, según el historiador Julián Penagos, autor de Memoria informativa de la toma y retoma del palacio de justicia, dejó señales de que los sobrevivientes fueron más de los que se indicaron y de que hubo irregularidades durante el operativo en el que intervino el Ejército, con dinámicas de rehenes, incendios y confrontaciones, además de interrogatorios y negociaciones que terminaron en un desenlace confuso y polémico.
En su análisis para Infobae Colombia, Penagos sitúa el hecho en el marco de un fallido proceso de paz y de presuntas119 sabotajes internos, señalando que el objetivo ante la opinión de ciertos actores era enjuiciar al presidente por violaciones de los acuerdos y presionar mediante la toma de edificios emblemáticos como el Palacio de Justicia. En ese contexto, menciona la implicación de figuras como Gustavo Petro, identificado en la ficha de la información como presidente de Colombia, y Antonio Navarro Wolf, exsenador, junto con el grupo guerrillero M-19, como actores relevantes para entender la decisión de atacar y tomar el edificio.
A la luz de las declaraciones citadas, se señala que la toma dejó cifras llamativas: aproximadamente 150 rehenes fueron rescatados en las primeras horas, mientras que cinco quedaron fuera de ese cómputo, al ser identificados como los que portaban explosivos y minas. Penagos añade que el Palacio de Justicia estaba prácticamente sin vigilancia, salvo la protección de magistrados y sus guardaespaldas, lo que facilitó el desarrollo de una serie de actos que culminaron con la muerte de varios magistrados durante el fuego cruzado, así como con un marcado deterioro de la estructura y del entorno.
La narración de Penagos recoge piezas críticas del episodio: que a la media hora de iniciada la toma llegaron tanques al lugar, que un comando del Ejército intentó ingresar por el sótano y que, poco después, se dio la orden de entrada de los blindados. También señala que, en ese momento, ya se habían rescatado a los rehenes importantes y que los bomberos fueron supuestamente desalentados de acudir al lugar. En sus palabras, los guerrilleros emplearon a los rehenes como escudos humanos, mientras que el Ejecutivo dio libertad de acción al Ejército para actuar.
“Después, según la Comisión de la Verdad, el Ejército da la orden de arrasar con los baños, ahí caen los magistrados y los guerrilleros sobre las dos o tres de la tarde. El saldo fue un montón de muertos, los magistrados murieron en el fuego cruzado y hay un montón de secretos sobre los sobrevivientes, que fueron más de los que se indicaron”, afirma Penagos, subrayando que “la retoma fue agresiva y el objetivo no era proteger la vida de los rehenes, sino otro totalmente distinto, y eso se ve en las órdenes que dieron y en las conversaciones de radio”.
La entrevista para Infobae Colombia se enmarca en una discusión más amplia sobre veracidad y versiones oficiales, apoyada por referencias a informes de la Comisión de la Verdad, la Corte Penal Internacional y Medicina Legal, aunque Penagos señala que existe un informe de Medicina Legal que está perdido y que alimenta dudas sobre las balas que habrían acabado con la vida de los magistrados y sobre casos puntuales como el de Urán, cuyo cuerpo apareció sin ropa con un tiro de gracia tras salir del palacio.
Contexto histórico y repercusiones actuales
Antecedentes y lectura de contexto rodean este episodio: el M-19 había buscado enjuiciar al presidente por incumplimiento de acuerdos de paz y, previamente, había considerado tomar el edificio del Congreso como parte de una estrategia de presión. El desenlace fue un incendio y la muerte de magistrados que dejó una cicatriz profunda en la historia de Colombia y en las narrativas que conviven entre la memoria colectiva, las investigaciones de la Comisión de la Verdad y las evaluaciones de la Corte Penal Internacional. La reciente difusión de estas declaraciones y el uso de la entrevista para Infobae Colombia permiten entender la consistencia de distintas versiones y la persistencia de preguntas sin respuestas definitivas.
«Ellos querían repetir eso, ellos querían hacerle un juicio al presidente por las violaciones de los acuerdos y planean el asunto con tomarse el edificio del congreso, pero era complicado, ahí decidieron tomarse el Palacio de Justicia, desde ahí, comenzaron a pasar cosas raras, por ejemplo, que el ejército descubre el plan, pero el ministro de Defensa le restó importancia» – Julián Penagos, historiador
La cobertura se completa con el reconocimiento de que la información proviene de una entrevista publicada por Infobae Colombia, con imágenes de Colprensa y con la cita de informes nacionales e internacionales que siguen alimentando el debate sobre lo que ocurrió en noviembre de hace décadas y sobre qué otros datos podrían desempolvarse en futuras investigaciones para esclarecer las responsabilidades y las secuelas de aquel episodio histórico.
















