Por SAMUEL SALAZAR NIETO
Manizales está experimentando un problema grave de comportamiento vial. Así lo evidencian las cifras que se han conocido después de poner en marca el sistema de monitoreo de cámaras en la ciudad. En solo diez días, del 5 al 14 de noviembre, 23 cámaras de detección de infracciones impusieron 3.794 comparendos, lo que equivale a uno cada 3 minutos 23 segundos. Esto sugiere falta de respeto por las normas de tránsito y una cultura de imprudencia entre los conductores. También muestra un comportamiento evasor de muchos actores viales que cuando no operaba la herramienta de las foto multas, se movilizaban en una zona de confort alimentada por la indiferencia del organismo de tránsito o la falta de recursos para garantizar normalidad en las vías urbanas.
Las cifras son claras. En esos diez primeros días el sistema de foto detección de infracciones impuso comparendos a 1.916 conductores que movilizaban el vehículo sin estar al día con la revisión tecnomecánica y de gases; lo anterior permite concluir que en Manizales circula un carro ‘chimenea’ y/o expuesto a provocar un accidente por fallas mecánicas, cada 6 minutos 47 segundos. Otras 1.498 multas fueron cargadas a conductores cuyo vehículo no contaba con el Seguro Obligatorio de Accidentes, SOAT, lo que significa que cada ocho minutos 38 segundos se moviliza por las vías de la ciudad un irresponsable que si es protagonista de en un accidente, dejará sin protección a quienes resulten afectados por el mismo.
De ahí las consecuencias, como lo ocurrido esta semana, donde un ciudadano infractor, que no estaba al día con el SOAT, intentó sobornar y luego agredió a un agente de tránsito, con una reacción también violenta por parte de un grupo compañeros del servidor público atacado, que persiguieron al atacante y lo golpearon brutalmente.
Como vemos, la inseguridad vial genera violencia.
Por eso es importante abordar el problema de manera integral, involucrando a la comunidad, las autoridades y los expertos en seguridad vial. La resiliencia, concepto que se refiere a la capacidad de los individuos y comunidades para superar adversidades, es clave en este contexto. La ciudad necesita desarrollar estrategias para fomentar la resiliencia y la seguridad vial entre sus habitantes. Y para ello hay que acudir a campañas educativas implementando programas para concienciar a los conductores sobre la importancia de respetar las normas de tránsito; aumentar la presencia de agentes de tránsito y tecnología para monitorear y sancionar a los infractores, y fomentar la participación de la comunidad en la promoción de la seguridad vial y la resolución de conflictos.
En este proceso de concienciación y cambio de comportamiento vial en Manizales, es crucial el papel de los medios de comunicación, los que pueden contribuir con campañas publicitarias, reportajes, documentales, entrevistas con expertos, relatando historias la de víctimas, impulsando campañas de prevención, promoviendo debates y foros. Los medios de comunicación pueden jugar un importante papel a la hora de poner en marcha campañas con anuncios y mensajes que promuevan en sus públicos receptores la seguridad vial y la importancia de respetar las normas de tránsito. Muy seguramente y consientes de la importancia de su rol dentro de la sociedad, también aportarían su granito de arena con reportajes, documentales, entrevistas, historias de víctimas, informes estadísticos, debates y foros, contenidos con los que se puede mostrar la imprudencia vial, así como promocionar la importancia de la seguridad, información y consejos prácticos sobre la misma.
La comunidad también cuenta.
Por eso no se puede dejar de lado y dirigir a ella campañas ciudadanas con mensajes que dejen claro que la responsabilidad es compartida, ofreciéndoles espacios para que la gente exprese sus opiniones y sugerencias sobre la seguridad vial. Hay que reconocer los buenos comportamientos viales y premiar a los conductores y peatones que los demuestren. De ahí también la importancia de campañas callejeras que garantizan visibilidad, impacto emocional y sean educativas.
Pero esto no se gana con campañitas elaboradas por comunity managers en pasantía, ni con favores de los amigos, ni apoyos ocasionales producto del esfuerzo, ni con discursos, grandes titulares o fogosidad de unos pocos, ni con mensajitos y piezas bonitas en las redes sociales de las entidades oficiales. Para lograrlo, esto tiene que responder a una integralidad que agrupe en un todo, los mensajes, los públicos, los medios para difundirlos, que forme parte de políticas de gobierno incluidas dentro del Plan de Desarrollo enfocadas en fomentar la cultura ciudadana para que Manizales, la de los 52 eventos al año, la de grandes y reconocidos festivales, la de la Gran Feria, la de las tradiciones y buenas costumbres, refresque en el imaginario colectivo ese civismo que siempre le ha caracterizado, y siga siendo la capital de la cultura, la gran anfitriona, la más segura y el buen vividero que siempre ha sido.