El Nevado del Cocuy vivió un espectáculo natural impresionante el 7 de diciembre de 2025, cuando una nevada extensa de más de doce horas cubrió completamente áreas emblemáticas como el Púlpito del Diablo en Lagunillas, la Laguna Grande de la Sierra y el Ritacuba Blanco, un fenómeno que no se registraba con tal intensidad en años según los guías locales. Este evento transformó el paisaje del Parque Nacional Natural El Cocuy y coincidió con un refuerzo en los controles al ecoturismo impulsado por la Alcaldía Municipal de Güicán de la Sierra, Parques Nacionales Naturales de Colombia y la Policía Nacional, tras un ingreso ilegal reportado el 28 de noviembre en las zonas glaciares.
En operativos de verificación, tres personas fueron sancionadas con comparendos tipo 4 por un valor de 759.720 pesos cada uno, de acuerdo con la Ley 1333 de 2009 y la Ley 1801 de 2016, además de la incautación de equipos por ingresar sin autorización a áreas restringidas. Solo se permiten tres senderos autorizados por la Resolución 125 de 2020 y el Plan de Ordenamiento Ecoturístico, que llegan hasta el borde del glaciar acompañados exclusivamente por guías expertos, con el fin de preservar los ecosistemas glaciares frágiles y los cinco resguardos indígenas U’wa conectados al parque. Se prohíbe estrictamente la escalada sobre nieve y el pisoteo en zonas glaciares para evitar daños irreversibles.
Preservación ecológica y cultural en primer plano
La vigilancia se intensificó precisamente para proteger la integridad ecológica y cultural de la región, donde jornadas de siembra han sido lideradas por la Alcaldía, estudiantes de la Normal Superior Nuestra Señora del Rosario y personal del parque, promoviendo un ecoturismo responsable que respete estos entornos de alta montaña.
“el mensaje claro de esperanza para las futuras generaciones y de respeto por la vida que habita en estos ecosistemas de alta montaña”
Parques Nacionales Naturales
Este episodio de nevada no solo renovó la esperanza en la vitalidad de los glaciares, sino que subrayó la necesidad de controles estrictos ante el creciente interés turístico, asegurando que la belleza del Cocuy perdure para las venideras generaciones sin comprometer su delicado equilibrio natural y cultural.

















