Ocampo: Economía Colombia 2025 crece 3,6% y baja desempleo a 8,9% con déficits altos

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José Antonio Ocampo, exministro de Hacienda, publicó una columna de opinión en el diario El Tiempo a vísperas del fin de 2025, en la que ofrece un balance de la economía colombiana durante el año, describiéndola como uno de luces y sombras para el próximo Gobierno que asumirá en 2026. En su análisis, destaca avances en crecimiento económico y empleo, pero advierte sobre desafíos persistentes como la inflación, déficits fiscales elevados y una inversión baja, en un contexto de fin del Gobierno Petro y una herencia fiscal compleja para su sucesor.

Entre las luces, Ocampo resalta un crecimiento económico del 3,6 por ciento en el tercer trimestre de 2025, impulsado principalmente por el sector privado y no por políticas oficiales de reactivación. El desempleo se redujo al 8,9 por ciento en octubre, más de un punto menos que en el mismo mes de 2024, con un aumento del empleo del 2,8 por ciento entre enero y octubre en comparación con el año anterior, donde tres cuartas partes corresponden a puestos formales, aunque la tasa de informalidad laboral se mantiene muy alta en el 55 por ciento. La expansión se observa en la mayoría de los sectores, salvo en minería y construcción de vivienda.

“el desempleo se redujo al 8,9% en octubre, más de un punto menos que en octubre de 2024”

José Antonio Ocampo, exministro de Hacienda

Las sombras: inversión débil y déficits crecientes

Sin embargo, las sombras son notables. La inversión ha oscilado alrededor del 17 por ciento del PIB, por debajo del 22 por ciento promedio de la década previa a la pandemia, con la construcción como el principal problema, tanto en vivienda como en otras edificaciones. El déficit fiscal experimentó una fuerte disminución en 2023, del 6,5 por ciento al 3,6 por ciento del PIB si se contabiliza el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Fepc) en el año en que se causa y no cuando se paga —pasando de 2,5 por ciento en 2022 a 1 por ciento en 2023—, pero después ha aumentado nuevamente a más del 6 por ciento del PIB. Además, la inflación supera en más de dos puntos la meta del Banco de la República, el déficit comercial se ha incrementado por el alza de importaciones y la caída de exportaciones mineras —aunque con fuerte crecimiento en café y no tradicionales—, y la deuda pública ha aumentado tras 2023.

“La inversión ha oscilado en torno al 17 % del PIB vs. un 22 % en promedio en la década anterior a la pandemia. La construcción es el principal problema, tanto en vivienda como en otras edificaciones”

José Antonio Ocampo, exministro de Hacienda

Ocampo critica implícitamente la gestión del Gobierno Petro al señalar que las tasas de los TES no se deben solo al Banco de la República, ya que han bajado cuatro puntos desde diciembre de 2023, y recuerda que el subsidio a la gasolina fue eliminado durante su propia administración. El déficit comercial, que se redujo entre 2023 y 2024, ahora aumenta nuevamente.

“Hubo una disminución fuerte del déficit en 2023, del 6,5 % al 3,6 % del PIB, si el déficit del Fepc se contabiliza en el año en que se causa y no cuando se paga. Después de esta reducción, el déficit ha aumentado nuevamente a más de 6 % del PIB”

José Antonio Ocampo, exministro de Hacienda

Herencia compleja para 2026

En conclusión, el exministro advierte que el alto déficit fiscal y la alta deuda pública serán herencias complejas para la próxima administración, lo que demandará ajustes en el gasto público, una nueva reforma tributaria y un estricto control de la deuda. Su balance subraya la necesidad de políticas que equilibren estos logros y vulnerabilidades en un año marcado por la transición política.

“El alto déficit fiscal y la alta deuda pública serán herencias complejas para la próxima administración”

José Antonio Ocampo, exministro de Hacienda

“tres cuartas partes han sido empleo formal, aunque la tasa de informalidad sigue siendo muy alta: 55%”

José Antonio Ocampo, exministro de Hacienda

Este análisis, publicado en El Tiempo, llega en un momento clave para Colombia, donde el sector privado ha sido el motor de la reactividad económica pese a los tropiezos en áreas críticas.

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