Un informe del Secretario General de la ONU documenta más de 4600 casos en 2024, la mayoría contra mujeres y niñas, y advierte sobre patrones de abuso en 21 países.
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La violencia sexual continúa utilizándose como arma de guerra y de represión política, advierte el más reciente informe del Secretario General de la ONU sobre el tema. En 2024 se verificaron más de 4600 casos en 21 países, lo que supone un incremento del 25% respecto al año anterior.
El documento señala que, aunque las mujeres y niñas representan el 92% de las víctimas, el fenómeno también afecta a hombres, niños, personas con diversas orientaciones sexuales o identidades de género, minorías raciales y étnicas, y personas con discapacidad. Las edades de las víctimas oscilan entre uno y 75 años.
La República Centroafricana, la República Democrática del Congo, Haití, Somalia y Sudán del Sur concentran el mayor número de casos verificados. Entre los factores que agravan el riesgo, el informe menciona la proliferación de armas, los desplazamientos masivos y la inseguridad alimentaria.
La ONU incluyó este año en su lista de perpetradores a un grupo armado congoleño responsable de una violación masiva en 2024, a dos actores estatales libios y a Hamas, por casos de violencia sexual contra rehenes en Gaza y durante los ataques del 7 de octubre de 2023.
Israel y Rusia recibieron una advertencia formal sobre su posible inclusión en el próximo informe, debido a patrones documentados de violencia sexual en territorios palestinos ocupados y en Ucrania.
El organismo llamó a todos los actores a prohibir estas prácticas, garantizar la rendición de cuentas y permitir el acceso de observadores y agencias de la ONU. La representante especial, Pramila Patten, subrayó que las víctimas necesitan más que solidaridad: requieren medidas concretas para prevenir y erradicar estos crímenes.