La ONU renovó por un año la Misión de Verificación en Colombia, excluyendo las funciones de Justicia Transicional y del Capítulo Étnico y concentrando su trabajo en tres ejes: la reincorporación de excombatientes, las garantías de seguridad y la reforma rural integral. La resolución fue adoptada por el Consejo de Seguridad el viernes 30 de octubre de 2025 y mantiene la presencia internacional para acompañar la implementación del Acuerdo Final de Paz de 2016, encauzando la verificación hacia un mandato reducido y más directo, según explicó Miroslav Jenča, Representante de la Misión de la ONU en Colombia.
La Misión de Verificación fue establecida en 2017 por decisión del Consejo de Seguridad para apoyar la implementación del Acuerdo Final de Paz suscrito en 2016. En su marco original figuraban la reforma rural integral, la reincorporación política, económica y social de excombatientes, las garantías de seguridad para exintegrantes, sus familias y comunidades, y la supervisión de la Jurisdicción Especial para la Paz, así como del Capítulo Étnico. Con la nueva resolución, la votación terminó 13 votos a favor y 2 abstenciones, de Rusia y Estados Unidos, lo que marca la primera ruptura de unanimidad en ocho años. El mandato quedó definido por tres ejes centrales, y se espera que esa simplificación incremente la responsabilidad de las instituciones colombianas y de la sociedad civil para vigilar la JEP y el Capítulo Étnico, mientras la comunidad internacional focaliza su verificación en reincorporación, seguridad y reforma rural integral.
La revisión del mandato marca un nuevo umbral en la supervisión internacional
Con el mandato reducido, la JEP y el Capítulo Étnico quedan, en gran medida, bajo el control de las autoridades colombianas, sin verificación internacional directa. Esto implica que organizaciones locales, víctimas y medios de comunicación deberán participar activamente en el monitoreo de todas las áreas del acuerdo para garantizar transparencia y rendición de cuentas. En paralelo, la misión continuará verificando la reincorporación de excombatientes, las garantías de seguridad y los procesos de reforma rural integral, reforzando su presencia para acompañar a las comunidades y a las autoridades en la implementación de lo acordado, pero con un énfasis claro en los tres componentes acordados.
«reafirma el compromiso de la Comunidad Internacional con la paz en Colombia y garantiza la continuidad de la presencia de la misión y su capacidad para seguir acompañando a los colombianos y colombianas y a las autoridades de Colombia en sus esfuerzos por consolidar la paz», «son fundamentales para avanzar hacia una paz sostenible y duradera en Colombia» y «a través de su compromiso permanente con las autoridades nacionales, las comunidades y su presencia en el territorio, la misión continuará verificando el cumplimiento en las áreas del acuerdo específicas de su mandato y acompañando a las y los colombianos que trabajan de manera infatigable por la paz y la seguridad en el país» — Miroslav Jenča, Representante de la Misión de la ONU en Colombia
En resumen, la resolución de octubre de 2025 envía un mensaje mixto: mantiene una vigilancia internacional imprescindible para la implementación del Acuerdo Final, pero delega de forma más marcada a las autoridades colombianas la supervisión de la Justicia Transicional y del Capítulo Étnico. El resultado es un impulso a la participación de la sociedad civil y de los medios en el monitoreo de todo el proceso, con la esperanza de que los tres ejes acordados permitan avanzar hacia una paz sostenible, mientras se clarifican roles y responsabilidades entre lo internacional y lo nacional en un momento clave para el país.















