En un episodio del pódcast Vamos pa’ eso, el padre de Miguel Uribe Turbay, Miguel Uribe Londoño, precandidato presidencial por el Centro Democrático, narra por qué no permitió ver el cuerpo de su hijo durante el funeral y denuncia que Medicina Legal destruyó el cadáver. Este relato se produce en medio del contexto de un magnicidio que ha sacudido al país, el atentado contra un senador del Centro Democrático ocurrido el 7 de junio de 2025 en Occidente de Bogotá, y de una investigación que ya registra seis personas capturadas. El padre remarca que la despedida de su hijo se vio afectada por la necropsia y por decisiones que impidieron exponer el cuerpo, y añade que la historia llega tres meses después de la pérdida y que, según sus palabras, el dolor y el impacto en su fe seguirán acompañándolo después de este trágico episodio.
En su relato, el entrevistado detalla el protocolo de ese día y la tensión que convirtió la ceremonia en Congreso, donde se realizó una cámara ardiente que duró dos días, en un intento de brindar un homenaje público a Miguel Uribe Turbay. El padre explica que la última vez que pudo estar con su hijo no fue en el funeral como esperaba, sino en un marco marcado por la intervención de los servicios forenses y la decisión de no permitir la exhibición del cuerpo, medida que describe como forzada al traslado a Medicina Legal y que, sostiene, terminó en la destrucción del cadáver. Este testimonio viene acompañado por la referencia a un contexto político complejo, con ese magnicidio que sacudió la arena nacional y que ha dejado a seis personas capturadas hasta ahora en la investigación.
Un relato que ahonda en la herida y la fe
La crónica del padre de Miguel Uribe Turbay no se limita a los hechos. El relato busca mostrar el impacto emocional y espiritual de una pérdida que se anota como reciente, mencionando el 11 de agosto de 2025 como la fecha de la más reciente desgracia en su familia. Durante la conversación, el entrevistado subraya que él es católico y que, pese a haber atravesado dos tragedias, decidió no abandonar sus creencias, un tono que revela la intención de buscar consuelo en la fe para atravesar un dolor que describe como inmenso y que lo acompaña cada día. En ese marco, el hombre afirma que continúa aferrado a Dios y que camina con Dios para buscar protección ante lo que percibe como un peligro constante.
«Cuando yo me recostaba encima del ataúd de Miguel, lo que estaba pidiendo, lo que yo estaba pensando es que yo quería estar metido en este cajón con Miguel. Ese es mi puesto. Yo no tengo más vida. A mí se me acabó la gana de vivir. Yo vivía para él. El dolor es inmenso. Me acompañará hasta el fin de mis días» – Miguel Uribe Londoño, padre
«Lo que hubiera querido era estarle tocando la mano. Lo que pasa es que el cadáver de él no lo pudimos exponer porque como nos obligaban a que Miguel tenía que ir a Medicina Legal. Y en Medicina Legal destruyeron ese cadáver. Eso fue grotesco. Eso no ha debido pasar. Eso no tenía por qué pasar. Ya no había nada que hacer» – Miguel Uribe Londoño, padre
«No te puedo narrar lo que yo vi. Terrible. Es en este caso la peor escena de todas. Por eso tuvimos que cerrar el ataúd» – Miguel Uribe Londoño, padre
«Soy católico, creo en Dios. Es muy difícil para mí, que he pasado por dos tragedias que he tenido que vivir, pero decidí que yo no iba a revisar mis creencias» – Miguel Uribe Londoño, padre
«No tengo explicación de por qué he tenido que vivir lo que he tenido que vivir, pero sigo aferrado a Dios y camino con Dios todos los días para que me proteja, porque sé que estoy en peligro» – Miguel Uribe Londoño, padre
Este relato se inscribe en el contexto más amplio de la historia familiar de un político colombiano: los antecedentes incluyen la muerte de Diana Turbay, esposa de Miguel Uribe Londoño y madre de Miguel Uribe Turbay, y el duelo que se prolonga tres meses desde la trágica caída de su hijo mayor, ocurrida el 7 de junio de 2025. La noticia actual, centrada en el nuevo relato de dolor familiar difundido a través del pódcast, aporta detalles sobre la despedida y la autopsia, y pone de relieve el impacto emocional y espiritual de una familia que continúa buscando respuestas en medio de una investigación que, por ahora, mantiene bajo la lupa a seis personas capturadas por el magnicidio del senador del Centro Democrático.
En el marco de estas revelaciones, la entrevista también aclara la figura de Juan José Castro, abogado entrevistado que acompaña el testimonio en el pódcast, y refuerza el papel de Vamos pa’ eso como plataforma para exponer estas palabras que, desde la intimidad de una tragedia, buscan explicar por qué la despedida de Miguel Uribe Turbay fue, para su padre, una experiencia que no se parece a ninguna otra en su vida y que, según sus palabras, dejó una marca de dolor que persiste mientras la investigación continúa su curso.
















