En un gesto de inclusión social en plena víspera navideña, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, compartió un almuerzo con habitantes de calle, comunidades indígenas y personas de la población Lgbti+ en la Plaza de Armas de la Casa de Nariño, en Bogotá, el 24 de diciembre. Acompañado por sus hijas Sofía y Antonella Petro, así como por el ministro de la Igualdad y Equidad, Juan Carlos Florián; la directora del Dapre, Angie Rodríguez, y el jefe de Educación, Daniel Rojas Medellín, Petro lució una chaqueta negra bordada con flores hecha a mano por los mismos habitantes de calle, que se convirtió en el centro de atención del evento denominado «Navidad con Esperanza».
El banquete incluyó platos tradicionales como lechona y pavo, complementados con presentaciones artísticas y musicales que animaron la jornada. Entre 400 y 800 personas, seleccionadas por la Secretaría de Integración Social, participaron en esta celebración que busca dignificar a los más vulnerables, recordando que la Casa de Nariño es «la casa de todos». Las hijas del presidente, Sofía y Antonella, no solo interactuaron cálidamente con los invitados, sino que también colaboraron en la organización, mientras que Petro complementó su atuendo con una gorra de la marca Bachué, propiedad de su hija Andrea.
La chaqueta como símbolo de solidaridad
Este encuentro forma parte de una tradición anual iniciada en 2022 en la Casa de Nariño, que además de la comida incluye la Novena de Aguinaldos y recorridos por el Palacio Presidencial. El evento está vinculado a la política de Bogotá Humana, impulsada por Petro durante su alcaldía, y refuerza el compromiso con la inclusión social al posicionar a los habitantes de calle como protagonistas de la festividad.
«Mi pinta en el almuerzo con los habitantes de calle. La chaqueta la hicieron los habitantes de calle y es mi regalo de Navidad. Los últimos serán los primeros»
Gustavo Petro, presidente de Colombia
Con esta iniciativa, el Gobierno Nacional reafirma su apuesta por la equidad y la esperanza en tiempos de celebración, transformando la Plaza de Armas en un espacio de encuentro para quienes suelen quedar al margen de las fiestas tradicionales.

















