El presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció en la noche del lunes 29 de diciembre de 2025, durante una alocución emitida al país, un aumento del salario mínimo para 2026 que lo fija en 1.750.905 pesos, lo que representa un incremento del 23,7 por ciento respecto a los 1.423.500 pesos vigentes en 2025. Esta medida, decretada por el Gobierno Nacional e impulsada por el ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, incluye también un auxilio de transporte de 249.095 pesos, elevando el total mensual a dos millones de pesos exactos. Petro enfatizó que se trata del salario mínimo más alto en términos reales desde los años 60, época en la que Colombia ostentaba el salario mínimo más elevado de América Latina, y justificó la decisión en el salario mínimo vital establecido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con el fin de cubrir los costos de alimentación, vivienda y salud, reducir la pobreza y la desigualdad, y dinamizar el consumo interno para generar más empleo.
El mandatario recordó que en la década de 1960 los salarios variaban según el sector, con 198 pesos mensuales en 1960 equivalentes a unos 4,40 dólares diarios, escalando a 5,20 y 8 dólares diarios en 1961 y 1962, respectivamente, hasta el Decreto 240 de 1963 que fijó 0,80 dólares por hora en el ámbito urbano-industrial, lo que rondaba los 240 a 260 dólares mensuales, y 0,70 dólares por hora en el rural. Para 1971, el salario unificado había alcanzado los 519 pesos mensuales, aunque las distinciones estrictas entre trabajadores agrícolas y urbanos persistieron hasta 1969, con unificaciones graduales basadas en la actividad económica y el patrimonio empresarial, culminando en la equiparación total rural-urbana en julio de 1984.
Contexto histórico y controversias sobre el poder adquisitivo
Petro atribuyó la caída del salario mínimo colombiano desde los años 60 a la historia de violencia en el país, que generó temor entre los trabajadores y convirtió a Colombia en una de las naciones más desiguales de América. Sin embargo, informes de la OIT indican que el salario se duplicó a mediados de esa década pero experimentó una caída hacia el final, mientras que estudios de la Universidad de Cambridge señalan que Argentina, Uruguay y Venezuela lideraban en poder adquisitivo, con Colombia en una posición intermedia pero con crecimiento real positivo. Estos datos históricos, respaldados por registros de la Dirección Nacional de Planeación (DNP) y la OIT, contrastan con la afirmación presidencial de supremacía regional en los 60.
“Podrán mirar hacia atrás siempre en términos reales y no hay un gobierno que haya logrado este hecho por lo menos desde los años 60. Ministro (Antonio Sanguino), ¿usted sabía que en los años 60 teníamos el salario mínimo más alto de América Latina? Y ahora es uno de los más bajos”
Gustavo Petro, presidente de Colombia
“Esa es la historia de una derrota del pueblo trabajador, la historia de la violencia, porque para eso ha habido violencia, para que el pueblo trabajador tema, no luche por sus derechos y un momento en donde convirtieron al país en el más desigual casi del mundo, de América lo es. Con estas medidas pensamos disminuir desigualdad”
Gustavo Petro, presidente de Colombia
El presidente defendió la medida como un impulso directo contra la pobreza, argumentando que incrementará la demanda interna y obligará a los empresarios a vender más, generando empleo. Fuentes como los informes de la OIT, la Universidad de Cambridge y los registros de la DNP respaldan el análisis histórico presentado en el anuncio, que busca reposicionar a Colombia en el mapa salarial regional tras décadas de ajustes sectoriales y unificaciones progresivas.
“Estas son medidas que van directamente a reducir la pobreza y yo creo que aumentan empleo porque aumenta la demanda y los empresarios van a vender más”
Gustavo Petro, presidente de Colombia
