El presidente Gustavo Petro respondió al gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, sobre la propuesta de reconstruir la Gran Colombia, desde Santa Marta durante la cuarta edición de la cumbre Celac-Unión Europea, defendiendo su iniciativa y cuestionando vínculos entre poder político, narcotráfico y paramilitarismo. El 9 de noviembre de 2025, domingo, Petro habló en el marco de este encuentro internacional dejando claro que su propuesta no es mera nostalgia histórica, sino una lectura sobre seguridad y gobernanza frente a la violencia que ha marcado la región.
El intercambio público entre Petro y Rendón se dio en un contexto de confrontación política y de tensiones sobre seguridad: Rendón respondió a través de redes sociales, pidió explícitamente a Petro que se involucre con las fuerzas armadas y, además, anunció que viajaría a unidades militares para discutir acciones concretas. En su conversación, Rendón sostuvo que Petro debería liderar las Fuerzas Militares y de Policía, mientras que el mandatario antioqueño dejó entrever que la discusión sobre una confederación de Naciones soberanas, al estilo de una Gran Colombia con parlamento común y presidencia colegiada, requería también un compromiso claro con la seguridad de los ciudadanos. La conversación se enmarca en una discusión que, en la memoria política, incluye menciones a Álvaro Uribe Vélez y referencias a las gestiones de seguridad democrática, así como a expresidentes Santos y Duque en el contexto de la paz y la seguridad nacional.
La Gran Colombia en la arena regional: seguridad y memoria histórica en juego
Entre los datos compartidos durante el encuentro, Petro dejó claro que su visión de reconstruir la Gran Colombia se sitúa frente a una realidad de violencia prolongada y del dominio de estructuras que, según él, surgieron de alianzas entre poder político y narcotráfico, especialmente en Antioquia y otras regiones. En su discurso público, citó expresiones como que “queda una matanza de 90.000 personas” y que existen “las más altas tasas de homicidios y masacres de la historia”, al tiempo que señaló que, desde hace una década, se ha observado “la más baja tasa de homicidios desde 1993”, resultado que atribuye a procesos de paz iniciados durante la administración de Santos y a su propia gestión respecto a la seguridad. No obstante, sostuvo que esa reducción no ha sido causada por su gobierno de forma aislada, y que la reducción de la violencia debe ser entendida como un proceso que se ha mantenido durante una década, incluso mientras algunos críticos apuntan a subidas de ciertos indicadores en otros momentos. Petro insistió en que la historia reciente de Colombia no puede entenderse sin reconocer el papel de iniciativas previas, y dejó claro que él no ha subido esas tasas, sino que las mantiene a lo largo de la última década.
Rendón, por su parte, formuló un reto concreto: propuso que Petro asuma un liderazgo directo de las Fuerzas Militares y de Policía para defender a los ciudadanos y dejar atrás lo que llamó la “paz total” con alianzas que, a su juicio, han fortalecido a “banditos de distinta pelambre” que han prosperado durante el gobierno actual. En su mensaje, hizo un llamamiento a pasar página y a avanzar con un marco nuevo para la seguridad que incluya la posibilidad de incorporar a Venezuela y Ecuador bajo un paraguas institucional común, en línea con su idea de una Gran Colombia con un parlamento y una presidencia colegiada, semejante a los principios de la Unión Europea. Rendón además destacó su recorrido por el Batallón de Tunja y mencionó el ataque a la estructura del Batallón Bolívar como un ejemplo de la urgencia de involucrar a Petro con las fuerzas armadas y la ciudadanía.
«Señor gobernador, el proyecto político que abandera, se fundó en una fuerte alianza entre el poder político y el narcotráfico en Antioquia y otras regiones» – Gustavo Petro, Presidente de la República
«Sé sus consecuencias: el exterminio del partido de izquierda (Unión Patrótica) UP, de miles de líderes sociales y la gobernanza paramilitar de los noventas y la primera década del siglo XXI» – Gustavo Petro, Presidente de la República
«Queda una matanza de 90.000 personas y las más altas tasas de homicidios y masacres de la historia» – Gustavo Petro, Presidente de la República
«Hoy tenemos, desde hace 10 años, la más baja tasa de homicidios desde el año 1993» – Gustavo Petro, Presidente de la República
«Esta relativa baja tasa de homicidios comienza con Santos y su proceso de paz con las Farc, sube marginalmente con Duque y yo no la he subido, mantenemos una década de la más baja tasa de homicidios» – Gustavo Petro, Presidente de la República
«Le propongo que cambie de bando y ejerza como comandante en jefe de las FF. MM. y de Policía. Que defienda a los ciudadanos y pare de contemporizar y contemplar a sus aliados de la paz total: bandidos de distinta pelambre que han crecido y se han fortalecido en su gobierno» – Andrés Julián Rendón, Gobernador de Antioquia
«Le propongo a los pueblos que habitan en este territorio demarcado en 1819, realizar a través del poder constituyente y el acuerdo entre gobiernos, la reconstrucción de esta idea qué hoy sería una confederación de Naciones soberanas: la idea de Bolívar de una Gran Colombia, con parlamento común y presidencia colegiada como lo hace la Unión Europea» – Andrés Julián Rendón, Gobernador de Antioquia
El contexto esencial detrás de este enfrentamiento radica en los antecedentes: Petro propone revivir la Gran Colombia como marco para discutir seguridad territorial y cohesión regional, mientras Rendón ha cuestionado la seguridad actual y exigido mayor acción. La relación entre ambos refleja una rivalidad política histórica, en la que se citan figuras como Álvaro Uribe Vélez y las políticas de seguridad democrática, con referencias a las gestiones de expresidentes Santos y Duque para subrayar diferencias sobre la ruta de la paz y la seguridad. Este momento se produce en plena cumbre Celac-UE, elevando la temperatura del debate y marcando una línea de polarización que podría influir en la conversación nacional sobre seguridad y políticas de paz.
Entre los datos secundarios que acompañan la crónica, Rendón ha pedido explícitamente que Petro encabece las FF. MM. y de Policía y visitó el Batallón de Tunja; citó el ataque a la estructura del Batallón Bolívar como un llamado a involucrarse con las fuerzas armadas y la ciudadanía. En el plano histórico, la conversación remite al Congreso de Angostura y a la idea de incluir a Venezuela y Ecuador en una estructura regional similar a la Gran Colombia, mientras que Convivir, creado en 1997, aparece como parte del historial del narcotráfico y la paramilitarización de años recientes. La coyuntura actual, por tanto, recoge lecciones del pasado y plantea una discusión sobre la viabilidad política y la seguridad de una confederación de naciones soberanas, inspirada en Bolívar y en modelos de gobernanza compartida como la Unión Europea.
En definitiva, la jornada de Santa Marta deja claro que el debate sobre seguridad, paz y una visión regional de alto alcance continúa siendo una pieza central del panorama político, con implicaciones directas para la viabilidad de ideas históricas frente a los retos contemporáneos de Colombia.

















