Desde Arabia Saudita, el presidente Gustavo Petro Urrego afirmó que Estados Unidos lo incluyó en la Lista Clinton y le revocó la visa, atribuyendo estas sanciones a su postura soberana e independencia como “buen hijo de Simón Bolívar”. Dijo que la medida se amplió para afectar a su esposa, Verónica Alcocer, a su hijo Nicolás Petro y al ministro del Interior, Armando Benedetti, y que fue motivada por su postura frente a la política regional. En paralelo, mencionó una operación internacional de incautación de cocaína, que supuestamente busca condicionar la autonomía de los gobiernos latinoamericanos y presionar a los países de la región tras una manifestación pro-Palestina en Nueva York durante la Asamblea General de la ONU.
El mandatario habló en un contexto de tensiones y de respuestas de agencias estadounidenses, con el Departamento de Estado y el Departamento del Tesoro gestionando la inclusión en la Lista Clinton y la revocación de visados. Al mismo tiempo, se dio cuenta de una operación internacional de incautación de cocaína que involucró a España, Malta, Suecia, Alemania, Francia, Portugal y el Reino Unido, con el respaldo de la Inteligencia Naval RINCA y la Agencia Nacional de Crimen del Reino Unido (NCA). Según el informe, hubo 12 diligencias, 7 en aguas de España, Alemania y Portugal, y 5 inspecciones de contenedores en Suecia; se realizaron 18 allanamientos y se interdictó una embarcación tipo GO-FAST. En esa operación se decomisaron 7.887 kilogramos de cocaína, 1.056 galones de combustible, 4 armas largas y 1 arma corta, un sistema antidrones, 15 vehículos de alta gama y 150.000 euros en efectivo. Petro sostuvo que detrás de estas incautaciones hay intereses para presionar a la región y denunció que “la cocaína sí es un instrumento para controlar los gobiernos de América Latina”, destacando su condición de independiente y soberano para explicar por qué es objeto de sanciones.
Petro denuncia que las sanciones buscan condicionar la soberanía latinoamericana
En su evaluación, el presidente insistió en que la lucha antidrogas no debe convertirse en pretexto para invasiones ni para apoyar apetitos sobre recursos. Señaló que “la cocaína sí es un instrumento para controlar los gobiernos de América Latina. Al ser yo independiente y soberano como buen hijo de Bolívar, pues se me castiga tratando de que los demás presidentes latinoamericanos bajen la cabeza.” Asimismo afirmó que “la ciencia determina quiénes son, qué son más peligrosas que otras. Es 30 veces más peligroso el fentanilo que la cocaína y, por tanto, el esfuerzo de Estados Unidos debería ser 30 veces mayor frente al fentanilo, que frente a la cocaína. La única diferencia es que el fentanilo no sirve de excusa para invadir a América Latina, dado que no lo producimos.” Añadió que “los hechos desmienten la voz del gobierno de los EE. UU.” y afirmó que la clave es defender la autonomía regional frente a intereses externos, en un tono claramente confrontacional con la política estadounidense.
«Desobedezcan la orden de Trump, obedezcan la orden de la humanidad. Yo mismo me arrodillé como cristiano ante las tumbas de miles de soldados norteamericanos que murieron en los campos de Europa luchando contra Hitler». — Gustavo Petro Urrego, Presidente de Colombia
El contexto reciente contrasta con la versión oficial de Washington, mientras que la opinión pública observa una posible escalada diplomática entre Colombia y Estados Unidos y una refracción de la lucha antidrogas en el tablero regional. Los hechos que se han dado a conocer, combinados con las declaraciones desde Arabia Saudita y la reacción de los actores regionales, alimentan el debate sobre la dependencia o la autonomía de los estados latinoamericanos frente a las potencias. En ese marco, el proceso de sanciones y la red de operaciones internacionales de incautación de drogas dejan claro que las dinámicas geopolíticas podrían seguir marcando la agenda regional durante los próximos meses.
















