La Veintitrés Manizales presenta una noticia que llega en un momento de intenso debate sobre la transparencia y la actuación de las fuerzas públicas. Según un mayor de la reserva activa del Ejército, Gustavo Petro habría estado en estado de embriaguez durante una visita a La Guajira. La denuncia afirma que la sargento viceprimero presuntamente fue testigo de la administración de un suero para que el Presidente pudiera participar en una formación militar, y que la suboficial habría sido marginada tras reportarlo. El mayor sostiene que la visita se prolongó entre tres y cuatro días en ese territorio.
La información circula en un espacio virtual moderado por Vicky Dávila, precandidata presidencial y periodista. Los nombres de las personas involucradas no fueron divulgados: el mayor de la reserva activa desconoce por qué no se revela su identidad y la sargento viceprimero tampoco es identificada por su nombre. Entre las expresiones atribuidas figura «borracho, drogado», según la versión difundida por el mayor. En otro giro de la conversación, Dávila habría cuestionado la defensa institucional con declaraciones citadas en estas discusiones: «El ministro de Defensa no está para defender a nadie. El ministro de Defensa no está, sino para lamberle a Petro. A mí me ha dado mucha tristeza el papel tan pusilánime del actual ministro de Defensa. No defiende a nuestras Fuerzas Armadas», dijo la periodista en esa intervención.
El episodio se produce en un contexto de denuncias históricas sobre irregularidades en la Fuerza Pública y tras la vocación crítica de ciertos sectores sobre el Ministro de Defensa. La presencia de una figura mediática moderando un encuentro y difundiendo la denuncia añade un componente de cobertura mediática y de presión pública que coloca el tema en el centro del debate nacional, alimentando con ello la conversación sobre rendición de cuentas y transparencia.
Repercusiones y voces en el debate público
La historia ha generado señalamientos de persecución y marginación dentro de la Fuerza Pública, y ha puesto sobre la mesa la necesidad de proteger a quienes denuncian irregularidades. En particular, la suboficial que reportó los hechos habría quedado aislada sin respaldo jurídico, lo que agrava la preocupación por la seguridad de quienes alzan la voz desde las filas.
«Yo la invitaría a que dé la cara, a pesar de las consecuencias; cuéntele al país lo que usted vio, cuéntele al país lo que le han hecho, cuéntele al país lo que le ha pasado, porque así entre todo este país a usted la vamos a proteger, la vamos a cuidar» – Vicky Dávila, precandidata presidencial y periodista
El Gobierno y las autoridades competentes no han emitido un pronunciamiento oficial aún, pero el tema promete seguir siendo objeto de escrutinio público y de debate político en la medida que se recojan testimonios y se verifique la credibilidad de las versiones. Este episodio se inscribe en una narrativa más amplia sobre la transparencia, la rendición de cuentas y las tensiones que rodean a la Fuerza Pública en Colombia.














 
															 
															 
															 
															 
															

