Petro nombra a López Barreto Comandante General de Fuerzas Militares y nuevos jefes en Ejército y Aérea

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El presidente Gustavo Petro anunció un nuevo relevo en la cúpula de las Fuerzas Militares de Colombia, designando al general Alejandro López Barreto como Comandante General, al general Royer Gómez como comandante del Ejército Nacional, al general Carlos Fernando Silva al frente de la Fuerza Aérea y ratificando al almirante Juan Ricardo Rozo en la Armada Nacional. Esta decisión, tomada recientemente a solo dos semanas de los anuncios sobre la revisión de responsabilidades por recientes ataques armados, marca el tercer cambio en la alta comandancia durante su gobierno y busca enfrentar los desafíos de seguridad de cara a las elecciones de Congreso y Presidencia en 2026, garantizando así un escenario estable para los comicios.

El general Erik Rodríguez, considerado el sucesor natural en la cúpula, es uno de los salientes en esta reestructuración, que responde directamente a la política de ‘paz total’ impulsada por Petro. López Barreto, quien participó como observador en los diálogos con el ELN, asume en un momento crítico tras los ataques del ELN a una base en Aguachica, Cesar, donde murieron siete militares, y el control temporal de siete horas por disidencias de las Farc en Buenos Aires, Cauca. Además, el nombramiento de Royer Gómez rompe con la tradición militar al saltarse a ocho generales por encima de él en la línea de ascenso.

Escalada de la violencia y cifras alarmantes

Desde agosto de 2022, cuando inició el gobierno Petro, han salido 76 generales y almirantes, y se perfilan al menos once más para el retiro, en medio de un deterioro de la seguridad nacional evidenciado por el crecimiento de los grupos armados, que pasaron de 15.000 integrantes en 2022 a más de 25.000 actualmente. Los cultivos de coca superan las 260.000 hectáreas, con una producción anual de cocaína por encima de las 3.000 toneladas, mientras en regiones como el Catatumbo al menos 80.000 personas han sido desplazadas o confinadas. Este relevo conlleva un periodo de adaptación de hasta dos meses, coincidiendo con la reciente decisión de frenar la prohibición de bombardeos tras cambios en el Ministerio de Defensa.

“Lo que busca (Petro) es reafirmar lo que ha hecho durante todo su periodo de gobierno: contar con una Fuerza Pública que no se oponga a sus intereses de abrir y mantener múltiples mesas de negociación de paz con distintos grupos criminales y retomar los diálogos con el Eln”

Hugo Acero, analista

Con estos nombramientos, el Ejecutivo refuerza su apuesta por una Fuerza Pública alineada a la agenda de paz, en un contexto donde la seguridad sigue siendo el principal reto para el país de cara a 2026, demandando una rápida estabilización en la cúpula militar para responder a las amenazas persistentes.

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