El presidente Gustavo Petro participó en la inauguración del Gran Museo Egipcio en El Cairo, donde presentó una visión ambiciosa de una “nueva humanidad” basada en la diversidad y el diálogo entre civilizaciones, sosteniendo que no existen culturas superiores ni pueblos elegidos y defendiendo al mismo tiempo una democracia global y una economía descarbonizada.
En su discurso durante la ceremonia de apertura y ante la delegación diplomática de Colombia en Egipto, Petro enfatizó que la cooperación entre naciones y culturas, más que la confrontación, es el camino para promover la paz y superar narrativas de exclusión. Subrayó que la riqueza de la humanidad reside en la diferencia y citó que conviven 130 naciones en el mundo, lo que, desde su perspectiva, debe traducirse en puentes y acuerdos duraderos en lugar de jerarquías culturales. Entre sus palabras se destacó que “Diálogo entre civilizaciones y economía descarbonizada, este será el programa de la nueva izquierda mundial y los movimientos sociales” y añadió que “no hay cultura superior, no hay pueblo elegido de Dios, no hay raza superior”.
Una visión para la convivencia global y el patrimonio compartido
El acto, considerado un símbolo de cooperación entre culturas y países, reunió a líderes internacionales e intelectuales con el objetivo de promover la preservación del patrimonio universal. Petro señaló que el entorno ideal para un avance democrático global depende del diálogo entre naciones y de dejar atrás las narrativas de exclusión y enfrentamiento, y afirmó que la economía futura debe avanzar hacia la descarbonización. Durante su intervención, subrayó también que el encuentro entre culturas debe orientarse a construir sabiduría a partir de la interacción, en vez de generar barbarie.
«Es posible construir una nueva humanidad libre y diversa, una democracia global, en paz, a partir de la cultura, del diálogo de las civilizaciones» – Gustavo Petro, presidente de Colombia
Como parte de la agenda diplomática asociada al evento, Petro llamó a fortalecer los lazos entre Colombia y los países árabes y fue recibido por la embajadora Luz Elena Martínez Kasab y el cónsul Carlos Colmenares. También entregó un reconocimiento a funcionarios con amplia trayectoria en el servicio exterior y, en su intervención paralela, citó la semejanza entre el mundo árabe y el latinoamericano, reforzando la idea de unidad necesaria para afrontar el futuro global.
En síntesis, el jefe de Estado dejó clara su postura: la diversidad cultural es una fortaleza y la cooperación entre civilizaciones es el camino para construir una humanidad más justa. El Gran Museo Egipcio, según su lectura, representa un símbolo de esa cooperación y de la necesidad de avanzar hacia una economía descarbonizada y una democracia que ame la diferencia, sin jerarquías ni pueblos elegidos, para promover la paz y la prosperidad a nivel mundial.
















