Por Bruno Seidel Arango
Se tenía que decir y se dijo… Hoy vamos a hablar del tema de la semana, la investigación que adelanta el Consejo Nacional Electoral sobre la violación de los topes de la campaña del hoy presidente Petro y sus asuntos circundantes. Lo primero es que lo único que salva este país en semejante caos en el que nos metieron es la institucionalidad, que está funcionando. La institucionalidad de Colombia es muy fuerte, los magistrados del Consejo Nacional han sido valientes, han tomado sus decisiones, no se han dejado permear por los intereses políticos y politiqueros.
El contexto, y sin ser experto, nos dice que la campaña Petro violó los topes, tanto en la primera como en la segunda vuelta, en esa primera investigación del CNE se habla de una violación de 5.000 millones de pesos; no es poco, todos sabemos lo que ha habido alrededor, lo del hijo del Presidente y las platas de personas de muy dudosa reputación.
La gran noticia es que el CNE esta semana tomó la decisión, por votación, de adelantar el proceso de investigación de la campaña, y en la campaña obviamente están todas las instancias, incluido el candidato.
La violación de los topes de campaña, hay que decirlo, no es un invento del señor Presidente, ni del Pacto Histórico, tristemente es un actuar que se volvió normal en ellas, lo que es absolutamente triste. La investigación es una muy buena noticia; sin embargo es una realidad que muy seguramente el tema no terminará en nada; los abogados del presidente han empezado la estrategia de dilatar, dilatar y dilatar, a través de interponer recursos, y de entorpecer la justicia, tratando de aplazar los procedimientos en búsqueda de la preclusión. Yo digo que con que se entretenga el señor Presidente en ese lío que se metió, pues ya es una ganancia, porque seguramente su capacidad de daño va a ser minimizada.
El retrasar los procesos muy seguramente terminara en un fallo inoperante e inocuo. El alcance del CNE, y ahí hay una discusión, no es la de tumbar al señor Presidente, como él lo ha querido vender, el Consejo simplemente califica las actuaciones de la campaña y tomará decisiones de carácter administrativo, que se volverán, digámoslo de manera simple, unas pruebas para las instancias siguientes.
Acá van a investigar la campaña, al gerente, que es el actual presidente de ECOPETROL, al contador, al revisor fiscal y obviamente al Presidente en su condición de candidato; después de eso procederán caminos diferentes, a los no importantes seguramente les caerá la Fiscalía y justicia ordinaria, y particularmente al Presidente en su condición, que le permite tener un fuero constitucional, lo van a llevar a la Cámara de Representantes y su Comisión de Acusaciones, que tomará sus decisiones, y de proceder, será el Senado, que lo puede declarar indigno, y posteriormente la Corte Suprema de Justicia, la que lo juzgue.
Sobre el particular tenemos antecedentes. Fernando Botero quien en la época de Samper como gerente de la campaña, tuvo que volarse; y Roberto Prieto quien fue gerente de la campaña de Santos, también enredado con el proceso.
El entregable sería que el Presidente, que tanto daño le está haciendo al país, se cayera y se cayera prontamente; sin embargo, no es un tema sencillo; y ahí viene un punto gravísimo, el señor Presidente con sus formas, con sus convicciones, con su ideología, incitó a lo que él llama su pueblo, que seguramente estará mimetizado con las benditas primeras líneas que acabaron con este país hace dos o tres años; los está incitando a que defiendan su gobierno, y a que defiendan el cambio. Eso es de una irresponsabilidad aterradora, porque es incitar a que la gente salga a la calle, y uno sabe eso dónde arranca, pero no dónde termina.
Lo que si es que la capacidad de daño del presidente se ha ido menguando, y que hay mucha gente de la que votó por el personaje, que ha ido entendiendo y arrepintiéndose de manera oportuna. Por último, decir que ojalá esto termine como dice el Himno Nacional en su segunda estrofa, que cese la horrible noche.