Un niño de 10 años resultó gravemente herido en el rostro tras ser atacado por un perro de raza pitbull en los pasillos del piso 11 de la torre 1A del edificio Río Alto, ubicado en el norte de Barranquilla, el pasado 3 de diciembre. El menor, quien había subido junto a sus amigos a buscar a un compañero para jugar en la cancha sintética del conjunto residencial, fue mordido en la cara, nariz, mejilla y mentón durante unos 20 segundos por el animal, que salió sin bozal, collar ni sujeción del apartamento de una residente del edificio.
Jaime Andrés Delgado, padre del niño, relató que una mujer, residente del lugar, abrió la puerta permitiendo que el perro accediera a las zonas comunes y atacara a su hijo. Las lesiones incluyen una laceración de más de cuatro centímetros y pérdida parcial de tejido en el rostro, lo que obligó a trasladar al menor de inmediato a la Clínica Portoazul, donde fue intervenido quirúrgicamente por un cirujano plástico y permanece bajo estrictos cuidados para prevenir infecciones y posibles cicatrices permanentes. El incidente quedó registrado en un video de la cámara de seguridad del edificio, que se viralizó rápidamente en redes sociales.
Preocupaciones previas y incumplimiento normativo
Vecinos del edificio Río Alto habían expresado con anterioridad inquietudes por la presencia del perro de raza potencialmente peligrosa en las zonas comunes, sin las medidas de seguridad adecuadas. La legislación colombiana exige estrictamente el uso de bozal, correa, supervisión permanente y registro oficial para este tipo de animales en áreas compartidas de conjuntos residenciales, normas que aparentemente no se cumplieron en este caso por parte de la propietaria no identificada del pitbull.
La familia del menor ya inició diligencias ante la Fiscalía y Medicina Legal, y anuncia acciones civiles contra la dueña del animal por presunta mala tenencia. Mientras tanto, la administración del conjunto y las autoridades competentes evalúan el cumplimiento de las normas para animales de manejo especial en espacios residenciales, con el fin de evitar futuros incidentes similares en la ciudad.

















