El presidente Gustavo Petro aprobó un histórico aumento del 23,7 por ciento al salario mínimo para 2026, elevándolo a dos millones de pesos mensuales incluyendo el auxilio de transporte, una medida que ha desatado reacciones encontradas entre los precandidatos presidenciales para las elecciones de ese año. La decisión, anunciada recientemente, busca promover la justicia social en un contexto donde la informalidad laboral supera el 55 por ciento, aunque críticos advierten sobre posibles riesgos para el empleo formal en medio de los 770 mil nuevos puestos generados en el último año, de los cuales el 70 por ciento fueron formales, y una tasa de desempleo que se encuentra en su nivel más bajo en 21 años.
Las opiniones se han vertido principalmente a través de cuentas en la red social X, donde figuras de diversos espectros políticos han debatido los impactos económicos de esta subida salarial, que algunos celebran como un paso hacia la equidad y otros cuestionan por su potencial para agravar la precariedad laboral y la inflación en un panorama preelectoral cargado de tensiones.
Críticas desde el centro y la derecha
Juan Carlos Pinzón, exministro de Defensa y participante en la consulta centro-derecha ‘Gran Consulta por Colombia’, expresó preocupación por los efectos en el empleo formal. En similar tono, David Luna, exsenador, lamentó la polarización del debate político actual.
«El aumento del salario mínimo en un 23% puede sonar bien, pero en la realidad pone en riesgo el empleo formal de millones de colombianos. Con una informalidad que ya supera el 55%, esta decisión puede empujar a más personas a la precariedad. Colombia necesita más empleo formal, no más improvisación»
Juan Carlos Pinzón, exministro de Defensa
«Así de difícil se ha vuelto hacer política responsable: quien advierte los riesgos queda como un insensible que no quiere que los que menos ganan vivan mejor; y quien toma decisiones irresponsables, aunque aumente la desigualdad y la pobreza, aparece como el héroe que ‘sí se atrevió’»
David Luna, exsenador
Juan Manuel Galán, exsenador y líder del Nuevo Liberalismo, argumentó que el salario mínimo supera la productividad de gran parte del país, lo que podría excluir a miles del mercado laboral formal. Por su parte, Mauricio Cárdenas, exministro de Hacienda, enfatizó la necesidad de liderazgo responsable más allá del alivio inmediato para los trabajadores.
«El salario mínimo debe proteger el ingreso de los trabajadores, sí, pero no puede seguir ignorando una realidad incómoda. Hoy está muy por encima de la productividad de buena parte del país. Y cuando el mínimo se acerca al salario mediano, como ocurre en Colombia, el resultado no es más bienestar, sino más exclusión. Cada aumento sin ancla técnica expulsa a miles de personas del empleo formal»
Juan Manuel Galán, exsenador y líder del Nuevo Liberalismo
«Es natural que al subir el salario mínimo y el subsidio de transporte a dos millones de pesos, muchas personas que viven con un salario mínimo sientan un alivio. Y va a generar aplausos. Pero la función de un líder no es esa. La función de un líder es hacerlo responsable»
Mauricio Cárdenas, exministro de Hacienda
Apoyo desde el progresismo y voces mixtas
En contraste, Daniel Quintero, exalcalde de Medellín, celebró la medida como un hito de justicia social que marca solo el inicio de transformaciones necesarias para combatir la pobreza. Camilo Romero, exgobernador de Nariño y representante del Pacto Amplio progresista, destacó cómo esta subida contrasta con políticas pasadas que recortaron derechos laborales. La periodista Vicky Dávila, por su lado, ironizó sobre el entusiasmo popular y su posible uso electoral.
«El Presidente Petro acaba de hacer la mayor subida del salario en la historia de Colombia. 23,7%. Un colombiano ganará mínimo 2 millones de pesos por su trabajo en un mes. Esto es justicia, pero es solo el primer paso. Si el salario mínimo no saca a la gente de la pobreza, la condena a ella»
Daniel Quintero, exalcalde de Medellín
«Se acaba de dar el aumento más alto al salario mínimo en la historia reciente de nuestro país. Queda con un subsidio de transporte en dos millones de pesos. Mientras el uribismo le quitó derechos a los trabajadores, el progresismo se ha dedicado a rescatarlos y profundizarlos»
Camilo Romero, exgobernador de Nariño
«Podemos hacer todos los análisis, encender todas las alarmas… pero, millones de trabajadores están felices esta noche. Petro goleó y sigue empeñado en comprar las elecciones de 2026»
Vicky Dávila, periodista
Este debate subraya las divisiones ideológicas en Colombia ante las elecciones presidenciales de 2026, donde temas como el populismo, la productividad, los despidos potenciales y la protección al trabajador se convierten en ejes centrales, mientras el gobierno de Petro defiende la medida como un avance en equidad social frente a una economía con informalidad rampante.
