Presidente del Deportivo Pereira señalado por crisis financiera y antecedentes penales en España por cocaína.

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Álvaro López Bedoya, presidente y principal accionista del Deportivo Pereira desde 2010, ha sido señalado como responsable de la crisis financiera y deportiva del club, vinculada a antecedentes penales en España por tráfico de cocaína. La historia de este dirigente está marcada por una detención ocurrida entre 1987 y 1990 en Barcelona y Granollers, España, donde fueron hallados casi siete kilos de cocaína ocultos en libros exportados desde Colombia, junto con 17 ejemplares de un libro con compartimentos internos y 20 paquetes de droga en otros textos. En 1989 recibió una condena a diez años de prisión por delito contra la salud pública; en 1990 logró fugarse de la cárcel de Granollers y se emitió una orden internacional de captura, que quedó archivada en 2000 por vencimiento de términos. Estos antecedentes, que se entrelazan con su trayectoria empresarial familiar, han sido citados como contexto relevante para entender la crisis que ha atravesado el club.

La dimensión institucional de la crisis se ve reflejada en una larga serie de hitos que describen la trayectoria reciente del Deportivo Pereira en las últimas décadas. En 2010 López Bedoya aportó 250 millones de pesos para cubrir parte de la nómina del equipo, y un año después la familia se consolidó como la máxima accionista tras la transformación del club en sociedad anónima. La historia corporativa del club también ha estado marcada por procesos difíciles, con una quiebra y un proceso de liquidación que se extendió por casi una década y que terminó en 2012. En 2022 el club fue devuelto a López Bedoya como principal acreedor. En 2023 la institución logró una campaña histórica en la Copa Libertadores, que generó ingresos extraordinarios de 6,4 millones de dólares, al tiempo que reportó utilidades de 1.679 millones de pesos. No obstante, 2024 trajo pérdidas superiores a 3.300 millones de pesos, y para 2025 los pasivos se acercaban a 25.000 millones. En octubre de 2025 se registró un paro de jugadores por incumplimiento de salarios, la utilización de futbolistas juveniles y una serie de derrotas que degradaron la imagen del club, señalando una nueva escalada de crisis tras un breve repunte previo.

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Las complejas dinámicas entre historia penal, gobernanza y finanzas se despliegan tanto en Barcelona y Granollers, España, donde se registró la detención y la prisión inicial, como en Pereira, Colombia, donde el Deportivo Pereira y plataformas como Megabús y las empresas vinculadas —Promasivo y Ediciones Pereira— han sido escenarios de campañas y movimientos empresariales. En 2004 ya se investigaba la posible infiltración de dineros ilícitos en Promasivo, mientras López Bedoya ingresaba al Deportivo Pereira en 2010 tras aportar 250 millones de pesos para cubrir parte de la nómina. En 2011 la familia se consolidó como máxima accionista al transformarse el club en sociedad anónima, y desde entonces la crisis ha estado marcada por deudas y señalamientos de posibles actos irregulares, en un entorno donde las señales de transparencia y los conflictos financieros han convivido de manera tensa.

«él tuvo su problema, pagó y ya no tiene ningún cargo encima» – Francisco López Bedoya, gerente de Promasivo

En síntesis, la historia de López Bedoya y de la familia que lo acompaña revela un vínculo estrecho entre antecedentes penales, gestiones empresariales y crisis recurrentes en un club que lucha por estabilizarse. El periodo 2022-2023 mostró un repunte económico, pero la primavera de 2024 y la escalada de 2025 han reconfigurado la imagen del Deportivo Pereira y han encendido un debate sobre la necesidad de transparencia, responsabilidad y una reconfiguración que permita reconstruir la confianza de aficionados, patrocinadores y autoridades deportivas.

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