En una historia que sacude tanto la diplomacia como la política local, la embajadora de Colombia en Reino Unido, Laura Sarabia, enfrenta una denuncia ante la Procuraduría por una presunta incompatibilidad entre su cargo diplomático y un puesto en la junta del Fondo Nacional de Garantías, según documentación que circula en torno al caso. Su equipo legal sostiene que la designación es una función pública legítima y anunció que interpondrá acciones disciplinarias contra Briceño, mientras Briceño continúa denunciando y afirma no temerle. La denuncia se presentó ante la Procuraduría en Colombia, con Sarabia operando desde Londres y Briceño desde Bogotá, y la designación cuenta con una delegación oficial del Ministerio de Hacienda y el respaldo del Decreto Ley 274 de 2000; no se reportan montos monetarios asociados a esta situación y la discusión legal se apoya en el Artículo 81 para justificar la compatibilidad, con una excepción para encargos oficiales.
La defensa de Sarabia argumenta que la designación está amparada por la normativa vigente y que el cargo en la junta del FNG no contraviene las limitaciones para el servicio exterior, citando expresamente el Decreto Ley 274 de 2000 y su Artículo 81, que establece veda para otros oficios salvo en casos de encargo oficial. Según la lectura oficial, podría contemplarse un apartamiento de la junta si la labor en Londres se ve interferida, una medida que, de implantarse, buscaría salvaguardar la autonomía y el rendimiento de la embajada en la capital británica, sin afectar la misión de Sarabia en el extranjero.
La controversia entre la diplomacia y la gobernanza del FNG se intensifica mientras se definen responsabilidades
En el desarrollo práctico de este caso, la Junta Directiva del FNG figura como el ámbito en el que Sarabia estaría representando a la entidad, respaldada por una delegación oficial del Ministerio de Hacienda que, junto con el Decreto Ley 274 de 2000, sustenta la viabilidad de su designación; la discusión legal continúa y Briceño mantiene sus acusaciones, afirmando que formulará las pruebas necesarias para sostener su queja ante la Procuraduría, al tiempo que avisa que no retrocederá en su denuncia.
«Si le piden que se retire, lo hará sin problema, pero otra cosa es afirmar que ha cometido una falta» – Abogados de Laura Sarabia
Las declaraciones públicas entre Sarabia y Briceño siguen marcando el pulso de este enfrentamiento: Briceño ha dicho que no teme a la embajadora ni a su equipo, y ha atacado la gestión de su administración, mientras que el entorno de Sarabia sostiene que no ha incurrido en ninguna infracción y que, si existiera un conflicto de intereses, podría resolverse mediante un eventual apartamiento de la junta. En cuanto a los siguientes pasos, el equipo legal de Sarabia adelantó que, de ser necesario, se impondrán medidas disciplinarias contra Briceño por la queja presentada, y Briceño, por su parte, continúa denunciando ante la Procuraduría, manteniendo firme su postura de que no hay temor ante la contienda legal ni ante las consecuencias políticas que se deriven de ella.
En síntesis, este caso podría tener un impacto relevante en la gestión de Sarabia para su labor en Londres y en la gobernanza del FNG, además de influir en la dinámica entre Sarabia y Briceño. Aunque no se han revelado montos monetarios, la controversia gira en torno a la legalidad de la designación, su compatibilidad con funciones en el exterior y las posibles medidas para salvaguardar la labor institucional ante posibles interferencias.
















