La producción de infraestructura en Colombia ha experimentado una caída del 27,8 por ciento respecto a los niveles previos a la pandemia, según el informe reciente de Corficolombiana, lo que ha generado un significativo rezago en las obras civiles que afecta directamente la inversión y el empleo en el país. Este retroceso deja la actividad en niveles comparables a los de hace dos décadas, con datos consolidados hasta 2023 y proyecciones preocupantes hacia 2025, impactando especialmente en carreteras y calles, donde la producción se desplomó un 43,8 por ciento en comparación con 2019.
La participación de las obras civiles en el Producto Interno Bruto (PIB) alcanzó apenas el 1,1 por ciento en 2023, el nivel más bajo registrado en lo que va del siglo, un contraste drástico con el período entre 2012 y 2019, cuando estas obras crecían al doble del ritmo de la economía y aportaban más del dos por ciento al PIB. Este informe de Corficolombiana confirma la ruptura del ciclo de expansión previo, atribuida a una transición inconclusa entre las concesiones de cuarta generación (4G) y quinta generación (5G), recortes presupuestales, inestabilidad institucional y decisiones de corto plazo que han interrumpido la continuidad de los proyectos, agravadas por investigaciones en curso por presuntas irregularidades.
Causas estructurales y avances limitados
En el sector de concesiones, las obras 4G pasaron de una inversión de 10 billones de pesos en 2019 a apenas 1,3 billones proyectados para 2025, mientras que en las 5G solo cuatro iniciativas, por un valor superior a los 10 billones de pesos, se encuentran en fase de obra. El Plan Nacional de Desarrollo multimodal muestra un avance general del 47 por ciento, con adjudicaciones férreas en 28,9 por ciento y aeropuertos no concesionados en solo 6,7 por ciento. Asimismo, los Caminos Comunitarios de la Paz Total cubren apenas 8.600 de los 33.000 kilómetros planeados, equivalentes al 26 por ciento. El Instituto Nacional de Vías (Invías) ha ejecutado solo la mitad de su presupuesto entre 2022 y 2025, reduciéndose de 2,4 billones de pesos a 1,5 billones anuales, en un contexto de más de 10 cambios directivos en el Ministerio de Transporte, la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) e Invías. Ninguna obra multimodal de 5G ha iniciado su fase de construcción, lo que agrava los costos logísticos que alcanzaron el 15,6 por ciento en 2024, según Analdex.
Impactos regionales y perspectivas
A pesar del panorama general, algunos avances regionales destacan, como la Primera Línea del Metro de Bogotá con un 67 por ciento de ejecución y el Túnel del Toyo en Antioquia, que representan esperanzas puntuales en medio del estancamiento nacional. La exministra de Transporte, María Constanza García, ha sido referenciada en el debate sobre estas falencias, junto a las entidades como ANI e Invías. Este rezago no solo compromete la conectividad regional y la competitividad del país, sino que también frena la generación de empleo y eleva los costos operativos, demandando una mayor estabilidad institucional y visión de largo plazo para revertir la tendencia.

















