En Colombia, la pérdida de las escrituras no implica la pérdida de la propiedad: la titularidad se respalda por el registro ante la Oficina de Registro de Instrumentos Públicos, conocida como ORIP, y por el Certificado de Tradición y Libertad. Esta aclaración llega a los lectores de La Veintitrés Manizales como una guía para entender que el papel no es la única prueba de propiedad y que existen mecanismos para proteger y recuperar derechos cuando una escritura se pierde.
Participan en este tema los propietarios de inmuebles en Colombia, la ORIP, las notarías, la Superintendencia de Notariado y Registro y el Archivo General de la Notaría. La nota explica, de forma práctica, que la pérdida de una escritura no implica la pérdida de la propiedad y describe los procedimientos para la recuperación de documentos y para regularizar inmuebles no formalizados, con el objetivo de evitar disputas y transferencias fraudulentas.
Cómo recuperar escrituras y regularizar inmuebles no formalizados
Para acreditar la titularidad, la ORIP es el respaldo definitivo; la posesión del papel no basta para demostrar propiedad. El Certificado de Tradición y Libertad sirve para acreditar titularidad ante terceros y es frecuente en estos trámites. En cuanto a la recuperación de escrituras, el procedimiento recomendado es acudir a la notaría original y solicitar una copia auténtica; la tarifa por hoja es de COP 5.600 y, en la mayoría de los casos, el costo total aproximado ronda COP 35.000. Si la notaría cerró, se debe acudir al Archivo General de la Notaría o a la Superintendencia de Notariado y Registro para obtener la documentación necesaria.
Para inmuebles no formalizados, la Ley 1537 de 2012 establece la Declaración de Pertenencia después de una posesión pública, pacífica e ininterrumpida durante cinco años con justo título, o diez años sin este título. Para herencias no registradas, es necesario iniciar un proceso de sucesión; el acta de sucesión que habilita la inscripción es el documento que permite la inscripción en el registro.
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En resumen, el registro ORIP es el respaldo definitivo para acreditar la propiedad; las escrituras en papel ya no garantizan titularidad, pero existen mecanismos para recuperar escrituras y regularizar la propiedad de inmuebles no formalizados, lo que ayuda a los propietarios a conservar sus derechos y a evitar transferencias fraudulentas.
















