Punxsutawney y el Cauca

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Por JUAN MANUEL GALÁN*

Groundhog day , “el día de la marmota o hechizo del tiempo”, cuenta la historia de un arrogante meteorólogo de TV que es enviado a cubrir el día de la marmota en Punxsutawney, Pensilvania. Allí queda atrapado en una especie de maldición que lo obliga a repetir el mismo día una y otra vez.  Es la película que durante décadas ha vivido la población del Cauca. La propiedad, el acceso y uso de la tierra, la falta de garantías para la participación política, las poblaciones indígenas y afros victimizadas, la crisis del desplazamiento forzado, la guerra contra las drogas, el secuestro de miembros de la fuerza pública y el terror causado por las disidencias de las FARC, mantienen el territorio en permanente estado de desesperación y miedo. El Plateado, en zona rural de Argelia, es el epicentro actual de la tragedia sin fin que vive una de las regiones más hermosas pero golpeadas por la violencia en Colombia.

El Cauca vive y revive una crisis humanitaria que afecta a miles de civiles confinados, esclavizados por “kevin” y “mordisco”, de las criminales disidencias de las FARC. Desconocieron el proceso de paz firmado en 2016 e intensificaron sus actos de violencia por el control de las rentas criminales en disputa con la disidencia de la disidencia. De nuevo vemos secuestros de miembros de la fuerza pública que revelan errores en la planeación de operaciones sin el pie de fuerza necesario, la inteligencia o las capacidades helicoportadas que soporten una verdadera estrategia de recuperación territorial. 

Además, el Cauca ha sido epicentro de una ola de asesinatos de líderes sociales en casi total impunidad con 450 homicidios de líderes sociales y apenas 12 sentencias condenatorias. De acuerdo con el informe anual del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos de 2024, publicado en febrero, los ataques violentos son sistemáticos no solo en Argelia, también en Balboa, Bolívar, Buenos Aires, Cajibío, Caldono, Corinto, Guapi, Jambaló, López de Micay, Miranda, Morales, Páez, Popayán, Santander de Quilichao, Silvia, Suárez, Timbiquí y Toribío. 

El principio de una solución sostenible y estructural para el Cauca no es un consejo de seguridad más para la foto, que no resuelve nada y en el que nadie cree. La solución pasa por un proceso de continuidad que no se interrumpa por cambios de gobierno. Se trata de reactivar iniciativas como el abandonado plan Cauca, consignado en el CONPES aprobado en enero de 2014, y que se fijó como objetivo estabilizar y consolidar el control territorial por el Estado de derecho. 

La prioridad es la seguridad de la población civil, una presencia sostenida y permanente de la fuerza pública con plenas capacidades en todo el territorio. Focalizar las operaciones en objetivos de alto valor para la rentabilidad criminal como los cristalizaderos, las redes de lavado de activos y los precursores para el procesamiento de clorhidrato de cocaína (gasolina, cemento, permanganato de potasio) con énfasis en los importados (éter y acetona). Abrir oportunidades desde una política de inversión social concentrada en un plan de conectividad que busque la habilitación total de la red de vías terciarias y un acceso a internet satelital, privilegiando escuelas, hospitales y puestos de salud. La construcción de un Estado territorial, institucionalmente sólido, es fundamental para que los recursos se inviertan con transparencia.

*Director Nacional del Nuevo Liberalismo

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