¿Qué hacer con la herencia que Pablo Escobar le dejó al país.

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Lo que en principio eran cuatro individuos, hoy son 169 hipopótamos. El desafío de controlar la creciente población de estos “exóticos invasores” plantea un dilema ambiental y ético en Colombia.

En una encrucijada entre preservar el entorno natural y salvaguardar las comunidades, Colombia se encuentra en medio de un debate sobre la gestión de los descendientes de los hipopótamos de Pablo Escobar. La ministra de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, Susana Muhamad, anunció recientemente una estrategia multifacética para abordar la superpoblación de estos imponentes mamíferos, también conocidos como los “hipopótamos de la cocaína”.

La historia de estos hipopótamos se remonta a la colección privada de animales exóticos del capo de la droga, Pablo Emilio Escobar Escobar. En principio fue un reducido grupo de cuatro individuos, la población creció exponencialmente, alcanzando los 169 animales, generando una preocupación urgente por su impacto ambiental y su interacción con las comunidades locales.

Expertos y científicos han resaltado los efectos perjudiciales de los desechos de estos mamíferos en los cuerpos de agua, planteando inquietudes sobre la disminución del oxígeno y su consecuente amenaza para la vida acuática y, por ende, para la salud humana. Además, se han reportado incidentes en los que los hipopótamos han afectado los cultivos y han participado en interacciones agresivas con seres humanos, generando riesgos para las comunidades.

La ministra Susana Muhamad del Medio Ambiente, presentó un plan que aborda esta situación mediante tres estrategias: esterilización, reubicación y lo que se ha denominado como “eutanasia ética”. El desafío reside en la implementación de estas estrategias de manera simultánea para controlar la expansión de la población de hipopótamos.

La discusión sobre cómo manejar esta creciente población ha dividido a la comunidad científica. Mientras algunos abogan por la eutanasia ética, alegando que sería la manera más efectiva de controlar la superpoblación a largo plazo, otros defienden un programa de esterilización, preocupados por el bienestar animal. A pesar de los esfuerzos previos de castración y esterilización, el crecimiento de la población de hipopótamos se mantiene desafiante.

En un intento por encontrar una solución a este problema, se contempló la posibilidad de reubicar a parte de la población en países como India, Filipinas y México. A pesar de las dificultades logísticas, actualmente se evalúa la viabilidad de enviar alrededor de 60 hipopótamos a la India.

El costo de la esterilización, aproximadamente 40 millones de pesos colombianos por animal (equivalente a unos US$ 10.000), plantea también un desafío financiero para el país. El plan tiene como meta iniciar la esterilización de 40 hipopótamos al año a partir de la próxima semana.

El debate sobre el manejo de estos “exóticos invasores” continúa, mientras la ministra Muhamad subraya la necesidad urgente de controlar esta población, declarando que su presencia representa una amenaza para los ecosistemas y comunidades circundantes.

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