La agencia de asuntos humanitarios lanza esta alerta a la vez que registra también altos niveles de violencia, secuestros, lesiones y detenciones arbitrarias en Afganistán, la República Democrática del Congo, Sudán del Sur, Sudán, Ucrania y Yemen, entre otros países.
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En lo que va de 2024, un total de 281 trabajadores humanitarios han perdido la vida, marcando la cifra más alta jamás registrada, según informó la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
De este número, 178 muertes ocurrieron en Gaza, consolidándola como la región más peligrosa para el personal de ayuda.
El coordinador del Socorro de Emergencia, Tom Fletcher, calificó la situación como “inconcebible y devastadora”. En sus declaraciones, instó a los Estados y a las partes en conflicto a proteger a los trabajadores humanitarios, a respetar el derecho internacional y a garantizar que los responsables enfrenten la justicia para acabar con “esta era de impunidad”.
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Contexto global de la violencia
Aunque Gaza lidera las estadísticas con 333 trabajadores humanitarios muertos desde octubre de 2023, otras regiones también enfrentan altos niveles de riesgo. Países como Afganistán, Sudán del Sur, Sudán, Ucrania, Yemen y la República Democrática del Congo registran casos de violencia, secuestros, lesiones, acoso y detenciones arbitrarias contra el personal humanitario.
OCHA destacó que la mayoría de las víctimas son trabajadores locales afiliados a organizaciones no gubernamentales, agencias de la ONU y el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. De los 281 fallecidos en 2024, 268 eran personal local y solo 13 eran trabajadores internacionales, lo que evidencia los mayores riesgos para quienes operan directamente en las comunidades afectadas.
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Gaza, el epicentro del peligro
Según la base de datos de OCHA, Gaza ha sido el lugar más letal para los humanitarios en 2024. La mayoría de las víctimas eran trabajadores de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), quienes enfrentan peligros diarios mientras intentan asistir a una población bajo un conflicto constante.
“Estos trabajadores demuestran lo mejor de la humanidad al ofrecer ayuda en zonas críticas como Gaza, Sudán y Ucrania. Sin embargo, sus esfuerzos están siendo atacados de manera alarmante”, afirmó Jens Laerke, portavoz de OCHA.
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Aumento en las muertes de civiles
La violencia contra los humanitarios refleja una tendencia más amplia de afectación a civiles en conflictos armados. En 2023, más de 33.000 muertes de civiles fueron reportadas en 14 conflictos globales, un 72% más que en 2022. Estas cifras subrayan la creciente letalidad y complejidad de los enfrentamientos en diferentes regiones del mundo.
Ante el incremento de la violencia, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó el pasado 24 de mayo la Resolución 2730, que busca fortalecer la protección al personal humanitario y aumentar la rendición de cuentas por los ataques. El Secretario General presentará recomendaciones específicas para abordar este problema en la próxima reunión del Consejo, programada para el 26 de noviembre.
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Compromiso humanitario pese a los riesgos
A pesar de los peligros, las organizaciones humanitarias continúan proporcionando asistencia vital. En 2023, lograron llegar a 144 millones de personas, y hasta noviembre de 2024, han asistido a más de 116 millones en todo el mundo. Estas cifras reflejan un compromiso inquebrantable por parte de quienes arriesgan sus vidas para salvar otras.
La comunidad internacional enfrenta un desafío urgente: garantizar la protección de los trabajadores humanitarios y reforzar los mecanismos legales para que los responsables de estas atrocidades enfrenten consecuencias. El trabajo de estos profesionales es fundamental para mitigar el impacto de los conflictos en las poblaciones más vulnerables.
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Fuente: ONU Noticias.
