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Reforma Pensional: Se agota el tiempo

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Por Camilo Camargo González

El autodenominado “Gobierno del cambio” apuesta por la transformación estructural de aquellos sectores que históricamente han sido objeto de múltiples críticas, como el sector de la salud, el laboral, el pensional, el tributario, e incluso el de la justicia. En medio de crisis ministeriales y de disminuciones en la popularidad del gobierno, estos proyectos de reforma se han sabido mantener y hasta han llegado a conquistar victorias parciales. Recordemos que la primera en aprobarse fue la reforma tributaria, en diciembre del año pasado. La reforma a la salud, con todo y sus inconvenientes, avanza. El caso de la reforma pensional es curioso: propone la transformación profunda de un sistema que involucra el futuro económico de millones de colombianos y, al tiempo, se está aprobando en medio de un extraño silencio.

Esta reforma fue anunciada desde noviembre de 2022. Sin embargo, el proyecto que se llamó “Cambio por la Vejez”, fue presentado oficialmente al secretario General del Congreso de la República solo hasta en marzo del presente año. Para mediados de junio fue sometida a un primer debate, del cual salieron aprobados sus 94 artículos. El pasado 4 de octubre fue radicada la ponencia para el segundo debate por Gloria Inés Ramírez Ríos, ministra del trabajo. Se esperaba que fuera discutida en el Senado antes de las elecciones regionales. Pero, al día de hoy, se sigue esperando la fecha de ese segundo debate (y ni qué decir del tercer debate). Hay que mencionar quedan menos de 12 sesiones: se les acaba el tiempo para sacar la reforma este año.

Si bien es cierto que la oposición ha presentado ponencias alternativas al proyecto de reforma, y que se han discutido y modificado algunos artículos, no parece que se le presente demasiada resistencia. En este sentido, vale la pena recordar que el protagonismo se lo está llevando la reforma a la salud, cuyas propuestas sí captan toda la atención y polémica. A la sombra de esta reforma a la salud, y apoyada en el hecho de que las Administradoras de Fondos de Pensiones y de Cesantía de Colombia (AFP) no han sabido sensibilizar al público, ni articular su postura con los congresistas de oposición, la actual reforma pensional parece estar en vías de aprobación.

Si se llegase a aprobar, ¿qué significaría para los colombianos? ¿Cómo afectaría su futuro económico? Hay opiniones divididas entre los expertos.

¿Cuál es el sistema pensional actual?

Para entender qué significa el cambio estructural que propone el Gobierno, es necesario echar un vistazo al sistema pensional vigente actualmente. Este está compuesto por dos regímenes: el privado, administrado por las (AFP), que se conoce como Régimen de Ahorro Individual Solidario (RAIS); y el público, administrado por Colpensiones, y que recibe el nombre de Régimen de Prima Media (RPM). Los ciudadanos son libres de escoger a cuál régimen se destina su cotización para pensión.

En el régimen privado, el ciudadano aporta en una cuenta de ahorro particular. Al dinero así acumulado se le suman los rendimientos, que dependen de la gestión del fondo de pensión en el que esté. La ley indica que el número de semanas cotizadas para acceder a la pensión en este régimen es de 1150. Por otro lado, en el régimen público, los aportes del ciudadano van a un fondo común que no genera rendimientos. El número de semanas cotizadas es mayor: 1300. En ambos casos, la edad requerida es de 57 años para las mujeres y 62 para los hombres.

¿Qué cambiaría con la reforma?

La reforma tiene un carácter de justicia social; esto significa que busca ampliar la cobertura del acceso a pensión. Según cifras del DANE, apenas el 18% de los colombianos logra una pensión completa. En ese sentido, los expertos coinciden en que es apropiado el enfoque de esta propuesta. Para ampliar la cobertura, la reforma propone la creación de 4 pilares fundamentales.

  1. Pilar solidario

Actualmente, el programa “Colombia Mayor” subsidia a 1,7 millones de adultos mayores en condiciones vulnerables con una renta básica de $86000. El pilar solidario está dirigido a esta población. Sin embargo, y aquí está el mérito de la propuesta, ampliaría su cobertura hasta cobijar a 3 millones de personas y se destinaría $225000 mensuales a cada beneficiario. Por supuesto, en este pilar se incluyen a los adultos mayores de 65 años que, por distintos motivos, no haya cotizado nunca pensión.

  • Pilar semicontributivo

Este pilar también está dirigido a ampliar la cobertura. Acá entran las personas mayores de 65 años que sí cotizaron pensión (entre 150 y 1000 semanas), bien sea en el régimen privado o en el público, pero que no alcanzaron el número de semanas requerido. Estas personas recibirían una renta vitalicia con base en el total de sus contribuciones, al cual se le reconocería un 3% de interés anual más inflación. 

Es preciso mencionar que, aunque involucre a los cotizantes del sector privado, se alega que en la reforma hay un vacío con respecto a los saldos de tales cotizantes. Otra preocupación respecto a este pilar es que, proyectado al futuro, desestimula la cotización de más de 300 semanas.

  • Pilar contributivo

Este pilar es el que más discusión ha generado. Contario a lo que se puede llegar a creer, el actual sistema de pensiones (que divide en el público, manejado por Colpensiones y el privado, manejado por las AFP) no desaparecería como tal, sino que se complementaría. Estos regímenes estarían aquí incluidos, bajo la figura de dos componentes: el componente de Prima Media y el componente Complementario de Ahorro individual.

En el componente de Prima Media, cuya dirección estaría a cargo de Colpensiones, se recibirá el ingreso base de cotización de entre 1 y 3 SMMLV. En el Complementario de Ahorro Individual, manejado por las actuales AFP, irían aquellas cotizaciones que se sitúen entre 3 y 25 SMMLV. Esto significa que todos los trabajadores que coticen por debajo de 3 SMMLV necesariamente tienen que cotizar con Colpensiones. Es necesario tener en cuenta que, si se llega a aprobar así, el número de afiliados de Colpensiones pasaría de 6,7 millones a más de 25 millones, lo cual representa un aumento de 261%. Hay dudas acerca de la capacidad de Colpensiones para manejar este volumen de usuarios. Es por eso que, desde la oposición, se ha propuesto que este monto se reduzca a 2 SMMLV, para que el número de afiliados a la entidad pública no sea tan alto.

En cuanto al régimen de transición, que el gobierno propone que se aplique a partir del 1 de enero de 2025 yque es un tema que también ha suscitado muchas dudas, de acuerdo con el proyecto  entrarían las mujeres que hayan cotizado 750 semanas y los hombres con 900 semanas cotizadas.

  • Pilar voluntario

Este último pilar está pensado para aquellas personas que quieran y tengan la capacidad de aportar más en sus cotizaciones, con el fin de que aumenten el monto de su futura pensión.

Estos serían los cuatro pilares fundamentales. Hay otros temas que se deben considerar. Por ejemplo, desde el gobierno se resalta su enfoque de género, teniendo en cuenta que la posibilidad de las mujeres de acceder a pensión completa es considerablemente menor que la de los hombres. Para disminuir esta brecha, a las mujeres se les reconocería su labor de cuidado no remunerado como madres: por cada hijo criado tendrán un bono de 50 semanas. En consonancia con esta propuesta, la Corte Constitucional, en la sentencia C-193 de 2023, pidió al congreso que se pasen de 1300 a 1000 semanas de cotización para las mujeres.

Opinan los expertos

Casi todos están de acuerdo en que la propuesta de reforma pensional del gobierno cuenta con grandes posibilidades de garantizar el acceso a la pensión para el grueso de la población. Sin embargo, esto no la exime de algunas críticas que merecen consideración.

Por ejemplo, desde la Asociación Colombiana de Administradoras de Fondos de Pensiones (Asofondos) se advierte que la mayoría de cotizantes perderá su derecho a elegir en quién se hará cargo de sus contribuciones a pensión. Daniel Wills, vicepresidente técnico de Asofondos, indica que al negarle a los trabajadores la posibilidad de cotizar en un fondo privado (en el que son necesarias 1150 semanas), necesariamente tendrían que cotizar en Colpensiones (en donde son necesarias las 1300 semanas): tendrían que cotizar durante 3 años más. También advierten de una eventual “inviabilidad fiscal” en las próximas décadas. En concordancia con esto, el concepto fiscal del MinHacienda sostiene que quedará desfinanciado para el 2070. Por otra parte, los menos optimistas consideran que la actual reforma aumentaría los costos del empleo formal, lo que podría desencadenar un aumento en las tasas de desempleo. A pesar de esta grave afirmación, es un argumento que no tiene más respaldo que una mera especulación

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