La salida de una de las funcionarias más cercanas al mandatario se da en medio de desacuerdos por el polémico contrato de pasaportes y expone fisuras en la unidad del gabinete. La decisión ha provocado una oleada de reacciones desde distintos sectores políticos, que van desde llamados a la transparencia hasta duras críticas por la gestión interna del Ejecutivo.
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Tras la inesperada salida de la ministra de Relaciones Exteriores, Laura Sarabia, quien este miércoles presentó su renuncia irrevocable al cargo, voces de todos los sectores se han hecho sentir.
En medio de crecientes tensiones internas en el gobierno del presidente Gustavo Petro, la salida de Sarabia, que había asumido el cargo el 25 de enero de este año, se produce tras una serie de desacuerdos relacionados con el millonario contrato para la fabricación de pasaportes, adjudicación que generó controversia dentro del Ejecutivo.
De hecho, en su carta de renuncia, Sarabia expresó su «agradecimiento al presidente Petro por la confianza depositada«, pero también dejó entrever su incomodidad con decisiones recientes que “afectan la coherencia y la institucionalidad que deben primar en el servicio exterior colombiano”. Si bien no detalló los puntos de quiebre, la referencia al contrato de pasaportes ha sido interpretada como una señal clara del conflicto.
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Una figura clave en el gobierno Petro
Laura Sarabia no era una figura menor en el gabinete. Antes de llegar a la Cancillería, había sido jefa de gabinete y asesora de confianza del presidente Petro. Su rol fue determinante en la articulación política del Gobierno, y su renuncia marca una ruptura significativa.
La renuncia de Sarabia desató una ola de reacciones en todos los sectores del espectro político. La periodista y precandidata presidencial Vicky Dávila afirmó en su cuenta de X (antes Twitter): “Petro le quitó el respaldo, después de ser su mano derecha y su confidente. Aunque la nombró a principio de año en esta cartera, vino un rosario de desautorizaciones públicas.”. La declaración generó amplio debate en redes sociales.
Atentos:
— Vicky Dávila (@VickyDavilaH) July 3, 2025
Renunció la canciller Laura Sarabia. Petro le quitó el respaldo, después de ser su mano derecha y su confidente. Aunque la nombró a principio de año en esta cartera, vino un rosario de desautorizaciones públicas. En las últimas horas le mandaron al obediente Alfredo… pic.twitter.com/QwmOMjGoo9
Por su parte, Andrés Forero, representante a la Cámara por el Centro Democrático, arremetió contra el Gobierno por la gestión del contrato de pasaportes: “Lo que pretende hacer el Presidente y el pastorcito mentiroso Saade con los pasaportes es tan demencial, que Laura Sarabia prefirió renunciar antes que ejecutar las delirantes órdenes presidenciales”.
Lo que pretende hacer @petrogustavo y el pastorcito mentiroso Saade con los pasaportes es tan demencial, que Laura Sarabia prefirió renunciar antes que ejecutar las delirantes órdenes presidenciales. pic.twitter.com/mTkz7cIjRs
— Andrés Forero CD #1️⃣0️⃣1️⃣ (@AForeroM) July 3, 2025
A su vez, Juan Espinal, también del Centro Democrático, fue más allá y dijo que todo se trata de una jugada calculada.
La renuncia de @laurisarabia no es un acto de dignidad, es una jugada calculada. Ha sido la mano derecha de @petrogustavo desde el día uno: manejó el poder en las sombras, impuso agendas, protegió intereses y guardó silencio ante las extralimitaciones.
— Juan Espinal (@Juan_EspinalR) July 3, 2025
Ahora se lava las manos…
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¿Qué pasó con el contrato de pasaportes?
El detonante principal de la renuncia de Laura Sarabia del Gobierno Petro habría sido el contrato con Thomas Greg & Sons para la elaboración de pasaportes, tema que generó enfrentamientos entre Cancillería, Presidencia y la Agencia Nacional de Contratación Pública.
En abril, Sarabia había declarado que “el proceso debe respetar los principios de transparencia y competencia”, mientras desde Presidencia se sugería continuar con la firma tradicional.
Fuentes cercanas a la Cancillería confirmaron a El Espectador que hubo presión para adjudicar el contrato de manera directa, algo que Sarabia rechazó por considerarlo contrario a los principios de licitación pública. “Laura se paró firme en defensa de la legalidad y eso le costó el puesto”, señaló un alto funcionario que pidió reserva de su nombre.
Al respecto, el analista León Valencia advierte que la salida de Sarabia “refleja un proceso de desgaste en el gabinete, donde los criterios técnicos parecen estar siendo desplazados por intereses políticos o personales”. La pérdida de una de sus colaboradoras más cercanas deja al presidente en una posición vulnerable en medio de otros conflictos internos, como la reforma laboral y los desacuerdos en salud.
Además, según fuentes del Pacto Histórico, la renuncia de Sarabia podría abrir la puerta a una reconfiguración más profunda del gabinete, con el fin de asegurar mayor lealtad política de cara al último tramo del mandato.
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¿Qué sigue?
Hasta el momento, la Presidencia no ha anunciado oficialmente quién reemplazará a Sarabia. Algunos nombres que suenan son el embajador en la ONU, León Freddy Muñoz, y la exviceministra de Relaciones Exteriores, Elizabeth Taylor Jay. No obstante, la decisión está rodeada de incertidumbre.
La renuncia de Laura Sarabia no es un hecho aislado. Marca un punto de inflexión en la narrativa del gobierno Petro, que enfrenta crecientes desafíos de cohesión interna. La controversia en torno a los pasaportes es solo la punta del iceberg de una lucha por el control político, la transparencia y la institucionalidad.
En un contexto político volátil, este episodio refuerza la necesidad de una ciudadanía vigilante y participativa. Como concluye la politóloga Sandra Borda: “Cuando se rompen los equilibrios en el poder, es la sociedad la que debe exigir explicaciones y demandar transparencia. De eso se trata la democracia”.