Robo en el Louvre, París: ocho esmeraldas colombianas del ajuar de María Luisa

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En el Museo del Louvre, en París, ocho joyas del conjunto que acompaña al collar y pendientes de la Emperatriz María Luisa fueron robadas en apenas siete minutos, un golpe que combina historia, arte y una alerta sobre la seguridad de las colecciones más valiosas. Entre las piezas sustraídas se encuentran esmeraldas colombianas originarias de la mina de Muzo, que forman parte del Tesoro Imperial francés y cuyo valor artístico e histórico es considerado incalculable. El hecho, ocurrido en los últimos días, ya es objeto de una investigación que la Fiscalía de París desglosa como robo agravado por banda organizada y asociación ilícita para delinquir, con la cooperación del Museo del Louvre, de la Federación Colombiana de Esmeraldas (Fedesmeraldas) y de las autoridades judiciales francesas.

El conjunto original, que además del collar y los pendientes incluía diadema y hebilla, revela una historia de transformaciones. En total hay 32 esmeraldas colombianas de Muzo que acompañaban el ajuar imperial. La diadema, que albergaba 79 esmeraldas y fue sometida a una sustitución de gemas por turquesas a mediados del siglo XX, tuvo su paso por Van Cleef & Arpels en 1952 y 1953, antes de ser adquirida por el Louvre en 2004. En un marco histórico anterior, María Luisa regresó a Austria en 1814 tras la caída del Imperio, dejando las esmeraldas a su primo Leopoldo II de Toscana. Hoy la diadema reside en el Museo Nacional de Historia Natural en Estados Unidos, un dato que ilustra la compleja trayectoria de estas gemas a lo largo del siglo XX.

La investigación en curso y el debate sobre la seguridad museística

La investigación continúa en París, coordinada por la Fiscalía de París, y la Policía investiga el robo como un acto perpetrado por una banda organizada y por una asociación ilícita para delinquir. Según las primeras estimaciones, el ingreso de los ladrones se habría producido por un balcón no protegido por cámaras de seguridad exteriores, y el robo habría tenido una duración de siete minutos, lo que ha generado críticas sobre la protección del exterior del museo y ha reavivado el debate sobre la seguridad de las colecciones más sensibles. En este contexto, la Presidenta del Louvre, Laurence des Cars, señaló que no se detectó con la rapidez suficiente la llegada del comando de ladrones y que el dispositivo de cámaras de protección exterior resulta insuficiente, según información de EFE.

«El robo del collar de María Luisa representa no solo un perjuicio material, sino el ultraje a un símbolo de la herencia esmeraldífera de Colombia, valorada en el mundo entero». – Federación Colombiana de Esmeraldas (Fedesmeraldas)

«no se detectó con la rapidez suficiente la llegada del comando de ladrones que robaron ocho joyas de un valor patrimonial ‘incalculable’ porque el dispositivo de cámaras de protección exterior es insuficiente» – Laurence des Cars, Presidenta del Louvre (según EFE)

La pérdida de estas esmeraldas, que forman parte del Tesoro Imperial francés y simbolizan una herencia esmeraldífera vinculada a Colombia, ha generado reacciones en ambos países y ha impulsado debates sobre la seguridad museística y la protección del patrimonio. En paralelo, los detalles históricos de las gemas y su tránsito a través de casas de joyería y museos a lo largo de los siglos XIX y XX aportan un marco complejo sobre el manejo y la custodia de piezas de valor irremplazable.

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