Rochi Stevenson revela depresión y pensamientos suicidas; su fe marca un giro en Barranquilla, Colombia

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Rochi Stevenson, reconocida presentadora de Caracol Televisión por su labor en Día a Día y El Desafío, confesó en el podcast Todo pasa haber atravesado una depresión profunda durante su trayectoria en la cadena, con pensamientos suicidas que le hicieron cuestionar incluso la continuidad de su vida. Su testimonio describe un giro definitivo a partir de la fe y de la decisión de fijarse nuevos objetivos para el futuro, un proceso que señala como clave para reconstruir su vida. Aunque la revelación aborda un episodio particularmente duro, la cantante y presentadora también comparte la dimensión personal de esa etapa, que vivió en Barranquilla, ciudad donde hoy continúa su vida junto a su esposo y sus tres hijos.

La narración de Rochi remarca una trayectoria profesional que la ha visto brillar ante las cámaras de Caracol Televisión, con presencia en formatos emblemáticos y cobertura de importantes eventos internacionales. Sus antecedentes personales incluyen la pérdida de su padre a los 13 años durante un intento de robo, una experiencia que dejó a su madre como sostén de la familia y fundamento de su fe. En la actualidad está casada con Alfredo Varela y reside en Barranquilla, desde donde acompaña a su esposo en proyectos políticos sin descuidar su labor periodística ni la crianza de sus hijos. En su relato, la presentadora destaca que la depresión también dejó una marca en su vida familiar, pero que el aprendizaje llegó a través de la fe y el apoyo de su gente más cercana, lo que fortaleció su modo de entender el servicio a la comunidad.

Rochi Stevenson abre su historia de depresión y fe como motor de cambio

Durante la conversación, Rochi comparte pensamientos estremecedores que describen un periodo en el que, aun teniendo su trabajo soñado, no se sentía completa y cargaba con sensaciones muy fuertes; incluso llegó a cuestionarse si quería seguir en este plano terrenal. En palabras de la presentadora, “A pesar de que tenía mi trabajo soñado, no me sentía completa y cargaba con sensaciones muy fuertes… incluso llegué a cuestionarme si quería seguir en este plano terrenal”. También detalla un momento particular durante su labor en El Desafío, cuando vivía una depresión intensa y llegó a pensar: “que se caiga el avión, que se caiga el avión”. A medida que avanzaba ese periodo, ella sostiene que llegó una señal de que era necesario encontrar nuevos objetivos para su futuro, un claro giro que describe con esa frase: “Fue un momento donde comprendí que necesitaba encontrar algo más, objetivos distintos y nuevos para mi futuro”.

La confesión de Rochi también enfatiza un componente espiritual que, según afirma, marcó el paulatino renacer de su vida. En un pasaje revelador, narra una experiencia en la que una voz durante la noche en su habitación le dijo: “No te vas a dormir”. Al principio pensó que era una broma de alguno de los camarógrafos, pero no había nadie; la voz volvió y le dictó palabras que hoy guarda en su corazón, llevándola a escribir: “Creí en ti, eres mi hija amada. No temas, soy tu Señor. Tú eres mi sierva, no temas”. Este episodio, acompañado de su propia impresión de una guía interior, se convirtió en un punto de inflexión que la llevó a abrazar una vida guiada por la fe y por confianza en algo mayor que ella misma. Entre las referencias familiares que subraya, Rochi recuerda a su padre como su llavecita, confidente de toda la vida, y a su madre como la fortaleza que siempre saca adelante a la familia. “Éramos muy unidos… fue un golpe enorme para mí y para toda mi familia”, repite al rememorar aquella etapa, mientras subraya que el apoyo materno fue determinante.

«Gracias a Dios lo conocí a Él y mi vida dio un giro completo» – Rochi Stevenson, presentadora de Caracol Televisión

Hoy, con tres hijos y una vida asentada en Barranquilla, Rochi continúa vinculada a su vocación profesional mientras acompaña a su esposo en proyectos políticos sin dejar de lado su labor de servicio a la comunidad. En ese marco, destaca que su filosofía de vida se centra en la gratitud y el servicio a los demás, valorando especialmente la familia y la fe. Asegura que todos somos instrumentos de Dios y que hay que servir con amor, ya sea brindando apoyo emocional, económico o un buen consejo. Este testimonio, que revela una trayectoria de superación personal dentro del ámbito público, ofrece una visión íntima de cómo la fe y la red de apoyo familiar pueden convertirse en motores para afrontar la adversidad y volver a construir una vida con nuevos propósitos.

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