El Tribunal de San Juan en Puerto Rico ha condenado a 15 años de prisión a Mayra Nevárez Torres por la muerte de Justin Santos Delanda, hermano del cantante urbano Arcángel, ocurrida en un fatal accidente de tránsito en noviembre de 2021 en el Puente Teodoro Moscoso. La mujer, quien conducía bajo los efectos del alcohol y en contravía, provocó un choque contra dos vehículos todo terreno que resultó en la muerte inmediata de Santos Delanda y heridas graves para Keven Monserrate Gandía.
La prueba de alcoholemia realizada a Nevárez Torres arrojó un nivel de 0,29% de alcohol en sangre, lo que evidenció su conducción temeraria. Inicialmente, se le impuso una sentencia de 15 años de restricción domiciliaria, acompañada de multas y suspensión de licencia de conducir, pero el Departamento de Justicia de Puerto Rico apeló la decisión, logrando que se modificara a prisión efectiva, descontando cerca de un año de arresto domiciliario previo. El Tribunal Supremo denegó la reconsideración solicitada, haciendo de esta la sentencia definitiva tras una audiencia de resentencia.
Impacto familiar y atención pública
Justin Santos Delanda falleció en el lugar del accidente, mientras que Keven Monserrate Gandía resultó gravemente herido, generando un profundo impacto en sus familias y atrayendo la atención pública, especialmente por la conexión con Arcángel, quien recientemente cambió la foto de perfil en su cuenta de Instagram a una imagen en blanco y negro de su hermano fallecido como muestra de duelo. La defensa de Nevárez Torres había solicitado una pena reducida argumentando la falta de antecedentes penales de la acusada y su colaboración en el proceso judicial.
“Ese día no salí con la intención de causarle daño a nadie, eso nunca estuvo en mi mente ni en mi corazón, pero no hay excusa para lo que hice”
Mayra Nevárez Torres, condenada
En sus declaraciones durante el proceso, la condenada reiteró su remordimiento al afirmar “No hay excusa para lo que hice”, reconociendo la gravedad de su conducta imprudente que segó una vida y dejó secuelas permanentes. Este caso subraya los peligros de la conducción bajo influencia del alcohol y sirve como recordatorio para la sociedad puertorriqueña sobre la importancia de la responsabilidad al volante.

















