Santa Marta, Magdalena, Colombia, será la sede de la cuarta Cumbre Celac–UE, un encuentro birregional que se celebra los días 9 y 10 de noviembre con la presencia de 12 jefes de Estado, 6 vicepresidentes y 23 cancilleres, para diseñar la Hoja de Ruta 2025-2027 y avanzar en la triple transición: energética, digital y ambiental. En la escena estará el presidente Gustavo Petro como anfitrión, acompañado de la canciller Rosa Yolanda Villavicencio, quienes encabezan una agenda destinada a fortalecer la cooperación entre América Latina, El Caribe y la Unión Europea y a promover la democracia regional y la participación ciudadana en un marco de diálogo entre iguales.
Durante las sesiones se realizarán debates y mesas de trabajo sobre sostenibilidad, tecnología y seguridad energética, además de la celebración del Foro de la Sociedad Civil ALC–UE, cuyo objetivo es recoger propuestas que se convertirán en una declaración de la sociedad civil para los jefes de Estado. Se espera la llegada de más jefes de Estado durante la jornada del sábado, cuando se inicia oficialmente la actividad en territorio samario, marcando un momento clave para afianzar compromisos birregionales y la cooperación en materia de gobernanza y desarrollo.
La cita busca robustecer la agenda birregional y promover la participación ciudadana
El contexto señala que Santa Marta se ha convertido en el punto de encuentro birregional por excelencia, y para Colombia representa una oportunidad de fortalecerse como vínculo estratégico para facilitar el diálogo entre gobiernos latinoamericanos y europeos. Este encuentro llega en un momento decisivo, con debates centrados en la democracia regional y la participación de la sociedad civil, y con la mirada puesta en la posible adopción de propuestas que emerjan del Foro ALC–UE para influir en la agenda de los jefes de Estado. En medio de ese escenario, la Cancillería ha desprendido señales sobre la compleja geopolítica regional, incluyendo dudas sobre la presencia de Estados Unidos cerca de Venezuela, lo que subraya tensiones y la necesidad de una cooperación coordinada entre las naciones involucradas.
«Yo creo que la diferencia lo marca porque, de alguna manera, ha sido una gran batalla que hemos tenido que dar contra, muchas fuerzas que no querían que se hiciera. Y, pues, al final hemos logrado convencer y ir para adelante en la región. Ustedes saben que hay incertidumbre, que hay miedos, que hay indecisos, pero, pues, eh, Colombia y nuestro presidente ha hecho una apuesta muy clara basada en los valores de la autonomía, del respeto, del diálogo entre iguales, de generar las confianzas y de ningún cálculo político, sino de trabajar por lo que creemos y mantener la coherencia, y creo que al final esa coherencia y esa persistencia, pues han dado sus frutos”. – Rosa Yolanda Villavicencio, Canciller de Colombia
«La importancia de la sociedad civil es crucial porque en un proceso de integración, este tiene que hacerse desde abajo, desde las poblaciones. Si nosotros hacemos un proceso de integración buscando más democracia, buscando que la voz de América Latina y el Caribe se escuche en el concierto internacional, lógicamente tiene que estar esto avalado y legitimado por la participación de la sociedad civil. Es decir, que debe ser toda la sociedad la que demande, la que construya estas, propuestas y estas se elevan en el diálogo político de los países». – Rosa Yolanda Villavicencio, Canciller de Colombia
«Esa declaración, que serán las reflexiones y las propuestas de la sociedad civil de la Unión Europea y de América Latina, que están trabajando conjuntamente desde los diferentes actores que la conforman, son propuestas que van a ser escuchadas, por los jefes de Estado y que seguramente tienen que, ser tenidas en cuenta precisamente como parte de esa legitimación de lo que estamos construyendo». – Rosa Yolanda Villavicencio, Canciller de Colombia
Con todo, la cumbre y el foro de la sociedad civil apuntan a configurar una agenda que podría incorporar propuestas de la sociedad civil en la labor de los jefes de Estado, fortaleciendo la cooperación entre la región y Europa. Al mismo tiempo, persisten lecturas sobre tensiones geopolíticas en curso, como la presencia estadounidense cercana a Venezuela, lo que añade prudencia y la necesidad de un marco diplomático sólido para avanzar en la ruta 2025-2027 y en la defensa de la democracia regional.















