La Veintitrés

Se fue Don Leo y dejó “huérfana” su librería

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Porque así es la vida… en algún momento estamos haciendo deportes, luego nos vamos de paseo familiar y por alguna circunstancia, todo cambia, porque esa misma vida nos lleva de la alegría a la tristeza, y un golpe inesperado, acaba con todo… 

Leonel Orozco, dueño fundador de la Librería Leo Libros en Manizales, falleció tras sufrir un accidente en una finca cercana a la ciudad. Su recinto sagrado, con 30 años de creación, era la casa de los escritores caldenses, todos llegaban para hablar de libros e historias, para dejar sus escritos, que él recomendaba en sus redes sociales. Allí las tertulias nunca faltaron. 

Hace algún tiempo, hablando de un libro recomendado, presentó “El país de las emociones tristes” de Mauricio García Villegas, y decía: “Veo en él la intención de mejorar la conciencia con respecto a normas, dejar los odios y crear en la sociedad un ambiente distinto para ver si dejamos tanta violencia, odio y venganza que ha destruido el país.  Ese es el tema del libro… Las emociones tristes relacionadas con esas cosas que han contribuido a que en Colombia se haya sacrificado tantas vidas sin que eso sirva para nada, y se trata de mejorar a que cambiemos esa cultura, para mejorar a Colombia en ese sentido”.

El Concejo de Manizales le otorgó una distinción especial por ser “un ciudadanos que con su compromiso y responsabilidad social, han aportado al desarrollo y crecimiento de la ciudad”.

Un Buen ser humano

En un escrito de Mariana Hoyos Botero y Dahiana Julio Castellanos, le preguntan al escritor manizaleño Octavio Escobar Giraldo por Leonel Orozco Botero y él dice: “Es un emprendedor. Una persona que va para adelante. Siempre está pendiente de sus amigos. Es generoso y servicial. Desde que formó su hogar se dedicó al bienestar de su familia. Leo es un buen ser humano, yo sé que decir esto ha perdido su significado, pero en el caso de él es la verdad”.

Hoy, Mario César Otalvaro, uno de sus vecinos más cercanos y quien tan solo ayer dialogaba con él como casi siempre lo hacía, escribió: “¡Dios, cuánto lo vamos a extrañar! Saludo con diálogo todos los días, hombre culto, el mejor vecino, trabajador incansable, deportista, ser humano excepcional. Los de nuestra época lo conocemos desde la U. Pilar del movimiento cultural manizaleño: Leo Libros fue el sitio de encuentro de escritores, poetas, artistas, periodistas y amigos. Dios lo lleve a su reino ¡qué dolor! Abrazo fraterno para Patricia, Cristián y familia. ¡Chao Leo!

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