Una tragedia golpea a Silvania, en Cundinamarca, cuando la crecida de las quebradas Yayata y Hato arrastró un vehículo al cruzar una vía inundada en la vereda Cumaca. En el saldo figura Sara Gabriela Villota, de 22 años, como la única sobreviviente, mientras su abuelo, Segundo Miguel Villota, de 69 años, fue encontrado muerto. Cinco integrantes de la misma familia estuvieron implicados en el incidente: Ana Lucía Villota Escandón, de 45 años; Teresa Escandón, de 65; Manuela Sofía Villota Escandón, de 16, continúan desaparecidos, y Fito, la mascota, también murió. El suceso ocurrió durante la noche del 18 de noviembre de 2024, cuando el panorámico trasero del vehículo se rompió y Sara, junto a Manuela, fue expulsada; la hermana menor logró soltarse de la mano, dejando a otros dos familiares a merced de la corriente. Las operaciones de rescate y búsqueda se reanudaron a las 6:00 a.m. del día siguiente, en medio de esfuerzos coordinados por autoridades y voluntarios.
La familia Villota, originaria de Mocoa, Putumayo, había viajado a Silvania para sumarse a las labores de búsqueda y rendir homenaje a Sara Villota Escandón, fallecida por cáncer en septiembre de 2024, en El Refugio, una finca refugio para animales que administran. Tras el rescate de Sara, las autoridades mantienen la búsqueda de Ana Lucía, Teresa y Manuela en las quebradas Yayata y Hato, mientras también se llevan a cabo labores de evacuación y rescate en el puente sobre la quebrada El Hato. Las condiciones climáticas adversas complican las operaciones, provocan daños materiales y desplazan a familias, en un contexto de duelo que impulsa a la comunidad a demandar una continuidad firme de las labores de rescate y apoyo a las víctimas.
Rescate y vigilia en Silvania: una familia de Mocoa, Putumayo, entre la búsqueda y el recuerdo
El cierre de las jornadas se dio en un momento en que la familia había regresado del puente festivo del 15 al 17 de noviembre para sumarse a las labores de búsqueda, pero la noche del 18 de noviembre obligó a cambiar los planes debido al compromiso laboral de Segundo Villota, lo que los dejó en Silvania cuando se desencadenó la tragedia. En medio de la incertidumbre, los familiares reiteran su deseo de que no cesen las operaciones hasta localizar a Ana Lucía, Teresa y Manuela, y piden que las autoridades mantengan la coordinación con los equipos de rescate para esclarecer las circunstancias que rodearon el arrastre del vehículo y los esfuerzos de salvamento.
«Se miraba que en la vía había agua por encima de ella, pero tomaron la decisión de pasar. Su hermanita salió con ella del carro y se soltó de la mano» – Miguel Villota, familiar de los desaparecidos
«Aunque intentó salvarla, se soltó de su mano» – Miguel Villota, Familiar de los desaparecidos
La coyuntura impone un doloroso balance para la comunidad: un fallecido, una sobreviviente, una persona hospitalizada de identidad no divulgada y tres desaparecidos, además del fallecimiento de Fito, la mascota. Con el objetivo de evitar que la búsqueda se suspenda, las autoridades reiteran la necesidad de mantener las operaciones de rescate en las quebradas Yayata y Hato, en un esfuerzo conjunto que incluye evacuaciones, reconocimientos de rigidez topográfica y monitoreo de las condiciones climáticas en una región que continúa bajo alerta por desbordamientos provocados por las fuertes precipitaciones. La historia de la familia Villota, que llegó de Mocoa para honrar a Sara y apoyar las operaciones, se yuxtapone al duelo que vive la comunidad, mientras la región aguarda respuestas y la posibilidad de reiniciar la normalidad.

















