Por HERNÁN LÓPEZ AYA
En una entrevista para el programa “The Tonight Show”, conducido por Jimmy Fallon, Bill Gates (fundador de Microsoft), dijo que debido a los avances de la tecnología y la inteligencia artificial “en 10 años, los humanos no serán necesarios en profesiones tradicionales como la medicina o la educación”.
Gates aseguró que “los buenos consejos médicos y las buenas tutorías serán gratuitos y comunes”. E insistió en que el mundo está llegando a una nueva etapa, que denominó como “inteligencia libre”.
“Es algo muy profundo y aterrador, porque está sucediendo muy rápido y no hay un límite superior”, concluyó el magnate.
¿Será que sí?
Después de leer más sobre el tema, pensé que esas afirmaciones eran ridículas y absurdas. ¿Por qué? Pues porque me imaginé diciéndole a un computador que me duele la barriga, y que la máquina me respondiera “eso debe ser un viento embolatado; espere a que salga”.
O pidiéndole a ese mismo computador que me explique, por quinta vez, cómo se desarrolla un trinomio cuadrado perfecto y él, sin desesperarse o llamarme la atención por no poner cuidado, me resolviera la duda. Creo que el momento quedaría incompleto. Y hay que tener en cuenta que, cuando somos pequeños, nos la pasamos más en el colegio que en la casa, con humanos que son profesores y que nos orientan en un sinfín de situaciones.
Para hacerme una idea de sus ventajas (y con serias intenciones de desmentir al magnate y de “medirle el aceite” a la herramienta) me fui a la base de la discusión. Le hice varias preguntas a la IA sobre el tema. Y comencé con la pérdida del “criterio”, que me parece un privilegio de los humanos y, sobre todo, de los médicos y los maestros, que son influyentes en nuestras vidas con la toma de decisiones.
Me contestó que, en relación a los médicos, perderlo sería terrible porque habría malos diagnósticos o prescripciones erradas de medicamentos. Y del criterio de los profes me dijo que, si se pierde, los métodos de enseñanza no servirían, al igual que las formas de evaluar.
Sentí que empezaba a ganarle la batalla a Microsoft.
Acto seguido, y para entenderla más, le pregunté que si ella era más efectiva que un médico. Políticamente correcta, me dijo que ella ayuda, con más precisión, en ciertas áreas como el análisis de imágenes médicas, pero que nunca reemplazaría el juicio clínico de un médico.
Acá logré otro punto en mi lucha.
Decidido, fui a la caza de Gates y sus afirmaciones. Afilé los pulgares y le consulté a la IA sobre la desaparición de médicos y profes. Me contestó, sin titubear, que es poco probable que suceda, pero aclaró que sus roles sí pueden cambiar; y dejó en claro que la interacción humana no es reemplazable.
Después de estas respuestas, como dicen las mamás, quedé “entre bobo y tonto”, porque me di cuenta de que la IA puede tener su propio criterio y, quizás, podría sorprender con la toma de decisiones en cualquier caso.
Conformándome con la literalidad de las respuestas, sentí “un fresquito” al notar que, prácticamente, había desmentido a Gates y que tendríamos médicos y profesores para rato. Y hasta llegué a pensar que era un viejo loco con ganas de conspirar y hacer crecer su negocio con teorías desestabilizadoras.
Pero no. Hay que darles crédito, creo yo, al 70 por ciento de sus palabras. Porque los ejemplos del avance ya existen: taxis sin conductores, carros sin barra de cambios, robots que atienden clientes en restaurantes o que abastecen líneas de producción, dejando atrás el trabajo manual al que estamos acostumbrados.
No estoy de acuerdo con estas predicciones y me parece que la relación entre individuos es básica para resolver todo tipo de problemas. Sin embargo, la vaina es una realidad (la inteligencia artificial). Pero me cuesta aceptarlo.
Conclusión: Hay que aprovechar el progreso, al chat GPT también, y no hay que creerle todo a Bill Gates.
Unos minutos después, la aplicación borró lo que le había preguntado y quedó lista para seguir trabajando. Fue allí donde noté, para mi tranquilidad, que era solo un cúmulo de redes neuronales artificiales y que no me estaba ignorando.
Ese privilegio, de dejarnos en visto, solo puede ser de un humano…
@HernanLopezAya
*Comunicador Social y Periodista de la Universidad Jorge Tadeo Lozano con 26 años de experiencia en televisión y Oficinas de Comunicación. Fue jefe de emisión del fin de semana en RTVC NOTICIAS. Ganador del premio de periodismo Álvaro Gómez del Concejo de Bogotá en 2016. Bloguero de KIENYKE durante varios años