El Servicio Geológico Colombiano registró un sismo de magnitud 3.5 en el municipio de Dabeiba, en el departamento de Antioquia, Colombia. El movimiento telúrico ocurrió el 25 de noviembre a las 22:35 hora local, con epicentro en las coordenadas 6.987333333 de latitud y -76.26633333 de longitud, a una profundidad de apenas 0 kilómetros. Esta información preliminar está sujeta a posibles cambios en magnitud y ubicación según actualizaciones del SGC.
Colombia se encuentra en el Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las zonas de mayor actividad sísmica y volcánica del mundo, que alberga el 75 por ciento de los volcanes activos del planeta y es responsable del 80 por ciento de los temblores más fuertes registrados globalmente. El país se ubica en dos áreas principales de subducción tectónica: una donde la placa de Nazca se hunde bajo la Sudamericana, y otra entre la placa Sudamericana y la del Caribe, lo que genera una alta frecuencia de eventos sísmicos en regiones como Nariño, Chocó, Caldas y Santander, siendo Los Santos la segunda zona más sísmica del mundo.
Escala de intensidad y monitoreo continuo
En Colombia se utiliza la Escala Macroseísmica Europea de 1998, conocida como EMS-98, que clasifica la intensidad de los sismos desde niveles leves, como el 2 que percibe solo instrumentos, hasta superiores a 7 que causan daños catastróficos. Autoridades del SGC mantienen el monitoreo constante de la actividad sísmica, y recomiendan a la población estar atenta a boletines oficiales para actualizaciones sobre este evento en Dabeiba.
Recordatorio de la historia sísmica del país
Eventos históricos subrayan la vulnerabilidad sísmica de Colombia, como los temblores de Ecuador y Colombia en 1868 con magnitudes de 6.3 y 6.7 que dejaron alrededor de 70.000 víctimas; el devastador sismo de Cúcuta en 1875, estimado entre 7.5 y 8.5, que causó 461 fallecidos solo en territorio colombiano; el megaterremoto de 1906 de 8.8 que generó un tsunami en Tumaco; el de Páez en 1994 con 6.4 y cerca de 800 muertos; y el del Eje Cafetero en 1999, de 6.2, que provocó más de mil fallecidos, cuatro mil heridos y unos 500 desaparecidos. Estos precedentes resaltan la importancia de la preparación ante cualquier movimiento telúrico, por menor que parezca su magnitud inicial.

















